Miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1977 y de la Real Academia Española desde 1994, Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) ha sido elegido este jueves nuevo miembro de la Academia Francesa de la lengua. Ocupará el sillón 18, vacante desde el fallecimiento del filósofo e historiador de la ciencia Michel Serres en 2019.
El Nobel se convierte así en "inmortal", nombre con el que se conoce a los miembros de esta academia fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el idioma francés y por cuyos 40 sillones ha pasado lo más granado de la literatura francesa en sus casi 400 años de historia. Su candidatura, ha recibido 18 votos de los 22 miembros electores de la Academia, por uno de Frédéric Vignale, uno en blanco y dos abstenciones, según precisó la institución en un comunicado.
Acusada de inmovilismo, la Academia demuestra cierta apertura a las tradiciones con esta elección, pues es bastante inusual, primero por la edad del escritor, ya que según el reglamento no pueden ingresar mayores de 75 años, y además porque es un autor que ha escrito toda su obra en español, si bien es conocida la influencia que ha tenido en ella la literatura francesa, empezando por novelistas como Flaubert hasta llegar a pensadores como Sartre.
Un protocolo secular
Varios miembros actuales de la institución, entre los que están Alain Finkielkraut, Chantal Thomas, Érik Orsenna o Jean-Christophe Rufin, habían manifestado públicamente su simpatía por la candidatura del Nobel, que presentó el pasado 7 de octubre tras enviar una carta a la actual secretaria perpetua del célebre cónclave, la historiadora Hélène Carrère d'Encausse. Si bien desde la Academia habían señalado que el voto podría también quedar en blanco si no se lograba un acuerdo y que la decisión debía ser aprobada por mayoría absoluta, todo ha llegado a buen puerto.
Tras la elección, los pasos protocolarios a seguir son la aprobación del llamado protector: el presidente de la República, que recibirá en audiencia al nuevo académico. Después de departir con Macron, Vargas Llosa ya podrá tomar posesión de su sillón, primero en una ceremonia privada y unos meses después en una ceremonia pública en la que unos 300 invitados y todos los académicos, incluido el nuevo, asistirán con el tradicional traje verde con la espada bordada, siguiendo la tradición instaurada en la época de Napoleón.
Además, el escritor tendrá que leer un elogio a su antecesor en el escaño, que ahora será suyo hasta su muerte, recibirá una medalla de la Academia grabada con su nombre y el lema "A la inmortalidad", y le será atribuida también una palabra del diccionario.
Extranjeros y ausentes
Pese a lo inusual del nombramiento, por tener una obra exclusivamente en un idioma que no es el francés, Vargas Llosa no es el primer académico extranjero que franquea las puertas del templo de la lengua gala. Antes que él, fueron ilustres miembros escritores como Julien Green, Eugène Ionesco, Héctor Bianciotti, François Cheng o Maurizio Serra, que además de sus lenguas de origen utilizaron el francés en algunas de sus obras.
Además, el Nobel adelanta con este reconocimiento a un gran número de autores de renombre que nunca accedieron a tal honor, bien porque nunca fueron candidatos, bien porque su candidatura fue desestimada, o incluso porque han muerto prematuramente. La expresión “41º sillón” la forjó el escritor Arsène Houssaye en 1855 para designar a estos autores, entre los que pueden destacan nombres de tanto fuste como Descartes, Molière, Pascal, La Rochefoucauld, Rousseau, Diderot, Beaumarchais, Balzac, Alejandro Dumas padre, Gautier, su admirado Flaubert, Stendhal, Maupassant, Baudelaire, Zola, Proust, Gide o Camus.