Olivia Gallo (Buenos Aires, 1995) debuta como narradora con este libro de relatos tan personales y seductores, tan íntimos y peculiares, que parecen fragmentos de diarios secretos sobre la aventura de crecer y descubrir el amor, las drogas, la soledad o el mal.
Así, en “Áfrika”, lo que al principio era la aventura de unos novios que salen de viaje se convierte en el descubrimiento de una antigua historia de maltrato familiar; en “Caramelos ácidos de limón”, el amor prohibido que siente una muchacha por un amigo de la familia desemboca en algo inesperado e irremediable; y en el espléndido “El lugar más seguro del mundo”, la propia protagonista se arranca la máscara y confiesa que nunca fue “una de esas chicas sin miedo.
De esas que avanzan por la vida como si el mundo fuese un gran supermercado lleno de ofertas accesibles” y que, aunque le seguía temiendo a todo, ha desarrollado un mecanismo de defensa y se ha convertido “en una especie de anarquista emocional”. Y de emociones, sexo, pasión y muerte, de ansia de devorar la vida, de iniciaciones que decepcionan, y de terrores olvidados o demasiado presentes nos hablan estos estupendos relatos de aparente sencillez, pero deslumbrantes por sus cargas de profundidad y sus sombras.