Poetas consagrados y nuevas voces se plantan en la feria con propuestas cargadas de luminosidad, pasión, claridad.... y grandes versos.

Un único corazón

Alejandro Duque Amusco

Pre-Textos

El mismo tono sereno y atemperado, melancólico y elegante, claro y sugerente, clásico y natural de Jardín seco, es el que encontramos aquí. Procede, dice, de la edad y la experiencia. Y de la continuidad de la memoria. Desde la tradición. En la incansable búsqueda de la verdad y la belleza. En “Sur”, la infancia, el jardín, la luz, el verano: “La vida huyó de mí y no la alcanzo”. Al amor dedica después un puñado de poemas memorables. “Nada muere del todo y menos el amor”, escribe. Porque la poesía es “una hermosa fraternidad”, no faltan las conversaciones con los otros. Poeta-profesor, en “Zona crítica”, la “sigilosa pasión” de la poesía. “El arte, —concluye— es un amor callado”. Feliz.

Maestro de distancias

Jordi Doce

Abada

Sorprende este monólogo escrito a tumba abierta. No porque no reconozcamos una de las voces más singulares del panorama, sino por su radicalidad. La confusión como “modo de pensar”. “Del tiempo no sabemos”, reza el primer verso o aforismo, límite inexistente para alguien ajeno a los géneros. Su desnudez sobrecoge. La dolorosa fragilidad del solitario. La “del que está en el secreto” y recuerda. Infancia en Gijón. “Oficio de vivir: esta hoguera incierta”. Con una lucidez que se crece en la contradicción. En “la lumbre de la lentitud”. En “la claridad del cansancio”. Ella y la enfermedad: el sacrificio de quien vive para la muerte: “Déjame acompañarte”. El miedo. “Busco la claridad sobre todas las cosas, pero sólo cultivo enigmas”.

Belleza sin nosotros

Marcos Díez

Visor

En este libro, según Lorenzo Oliván (que publica de nuevo en Tusquets), Díez “despliega un mundo tan cotidiano como extraño”. Uno subrayaría, ante todo, su don de síntesis: su acerada, seca concisión. “Mejor hablar así, / en la intemperie”, podría ser su lema. Una poética. Palabras exactas y una claridad lúcida, valga la redundancia. Luminosa, sí. “Tarde se aprende lo sencillo”, dijo Hierro; para Díez, lección aprendida. La identidad, el dolor, “la vida cierta” y misteriosa, el amor (“¿Qué vínculo es el nuestro?”), la herida (“Porque la soledad puede ser una casa”), el cuidado (que aprende de Vera), la hija y los huecos inspiran estos poemas donde hay de todo menos destructoras “palabras vacías”.

Salvamento de hormigas

Ana Merino

Visor

Tras su exitosa irrupción en la novela, Merino vuelve a la poesía, en la colección donde ha venido publicando todos sus libros salvo el primero, Adonais en 1994. En este no falta una sección, “Desbordamiento”, dedicada a su especialidad: la historieta. Se podría decir que su poética es de “línea clara” y marcado tono autobiográfico. Amable, en el mejor sentido: “Salvamento de hormigas, / ese era mi lema / cuando llegaba el verano”, leemos en el poema prologal. Luego, dibujantes, viñetas, Han Solo, líneas, perdedores y sin nombre. La vida, por ejemplo, en Granada, Alepo o Panticosa. Léase “Distancias”. El presente de este planeta en peligro está en “Naufragio”, la serie discordante –distópica y algo apocalíptica– que cierra el volumen.

Los planetas fantasma

Rosa Berbel

Tusquets

Tratándose de poesía, fue llamativa la recepción de Las niñas siempre dicen la verdad, ópera prima de Berbel que logró varios premios. Cuando pasa algo así, se espera con expectación el segundo libro. No defrauda, al revés: hay un salto cualitativo en su poética. Lo leído justifica su prematuro ingreso en una colección de consagrados. El libro, perfectamente imaginado (desde el título), nos lleva a lugares extraños que son y no son de este mundo. Un misterio. Se trataba de eso: de renombrar las ruinas donde estuvo la casa. De “inventar otro lenguaje”. Para el amor. Para esta travesía del desierto. Para después de la fiesta. La belleza persiste. Sí, “es un milagro estar / justo donde la vida está”.

Otras recomendaciones de El Cultural

Poesía completa

Cristina Peri Rossi

Visor

La flamante ganadora del Premio Cervantes reúne toda su poesía en este volumen de 1.272 páginas. Desde su primer libro, Evohé, publicado hace 50 años, la uruguaya ha generado controversia por su poesía erótica y contestataria. Aquí están todas sus aristas.

Kráter o la búsqueda del amado en el más allá

Clara Janés

Galaxia Gutenberg

33 poemas componen el nuevo libro de Clara Janés, editado en la colección portátil de Galaxia Gutenberg. Un comentario hacia el final del volumen explica los motivos de su poesía mística y amorosa, que se justifica en las lecturas de Platón, Kingsley y Carratelli.

Cuadernos de patología humana

Orlando Mondragón

Visor

El mexicano es el primer poeta menor de 30 años que gana el Premio Loewe. En este libro sobre el dolor, la salud, la muerte y la escritura, el joven psiquiatra convierte la enfermedad en poesía. Un diario médico sencillo, aunque profundo.

Poesía reunida

Ida Vitale

Austral

Es la edición más completa de todas las que reúnen la poesía de Ida Vitale, reconocida con casi todos los premios de la literatura en castellano. Este libro recoge todos sus poemarios publicados, incluidas las antologías, además de algunas composiciones recientes e inéditas.

La insomne felicidad

Pier Paolo Pasolini

Galaxia Gutenberg

El poeta Martín López-Vega se ocupa de esta antología bilingüe que orbita en torno al imprescindible Las cenizas de Gramsci, reproducido en su totalidad. Para el controvertido cineasta, la poesía fue determinante en la configuración de su identidad.

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