Salman Rushdie lleva más de 30 años esquivando a la muerte. En 1988 publicó su cuarta novela, Los versos satánicos, y con ella despertó la ira furibunda de los musulmanes más fundamentalistas por su contenido blasfemo, ya que en ella contaba una versión alternativa de la vida de Mahoma. Por eso todo hace pensar que este es el móvil de la persona que ha apuñalado al escritor en el cuello este viernes en Nueva York cuando se disponía a pronunciar una conferencia, de momento sin que se sepa el estado de salud de Rushdie.
El 14 de febrero de 1989, el ayatolá Jomeini, líder de la revolución iraní, emitió una fetua (un edicto religioso) en la que condenaba a muerte a Salman Rushdie. En ella pedía a todos los musulmanes del mundo que lo ejecutaran. Además ofrecía una recompensa de casi tres millones de dólares. Desde entonces, el escritor indio-británico tuvo que vivir recluido, con protección de guardaespaldas y coches blindados.
En una sola década, el escritor tuvo que cambiar de residencia 56 veces y fue objeto de una veintena de atentados, de los que salió indemne. Más de sesenta personas fueron asesinadas en nombre del edicto religioso, incluidos dos de sus traductores, tal como se explica en el documental Salman Rushdie, con la muerte en los talones, de William Karel. Uno de ellos fue el traductor japonés del libro, Hitoshi Igarashi, asesinado en 1991.
[Salman Rushdie, apuñalado en el cuello durante un evento en Nueva York]
Los versos satánicos es una novela con una gran inventiva tanto en los personajes como en los acontecimientos, y utiliza todo tipo de ingredientes como la fantasía, las ensoñaciones e incluso el humor. Narra la historia de Gibreel Farishta y Saladin Chamcha, dos actores de origen indio.
Al principio de la novela, ambos caen al vacío desde el avión en el que viajaban, que ha explotado a causa de un atentado, pero milagrosamente sobreviven. Entonces, a uno de ellos le crece una aureola que le hace parecerse al arcángel Gabriel, y al otro le crecen dos protuberancias en la frente que le hacen parecer el diablo.
En la trama principal se intercalan visiones soñadas por Gibreel en las que se convierte efectivamente en el mensajero de Dios. Una de estas historias paralelas es la de Ayeesha, una joven india que dice recibir mensajes de Dios a través del arcángel, e inicia una peregrinación a La Meca, ciudad que en el libro se llama Jahilia.
La parte considerada más blasfema por el Islam es aquella en la que se narra la vida de Mahoma en la ciudad, su exilio y su posterior regreso triunfal. El título del libro se refiere a una leyenda según la cual Mahoma pronunció unos versos como parte del Corán, pero luego los retiró con el argumento de que el diablo se los había dictado haciéndole cree que provenían de Alá. Estos versos supuestamente habrían permitido rendir culto a tres diosas preislámicas de la Meca, lo cual supondría una violación del monoteísmo. Rushdie incluyó esta leyenda en la narración de la novela, y eso fue la principal fuente de polémica para el mundo islámico.
En una parte de esta subtrama se insinúa que el nacimiento del Corán y el ascenso al poder del profeta Mahoma tuvo más que ver con el tráfico de influencias que con lo divino. Abu Simbel es el líder de la ciudad y esposo de la sacerdotisa de una de estas diosas preislámicas, Al-Lat. Simbel ofrece un pacto a Mahoma (llamado Mahound en el libro) según el cual Mahoma aceptará el culto a tres de estas diosas, reinterpretadas como arcángeles, y a cambio él aceptará a Alá.
A pesar del tiempo transcurrido y de que la amenaza parecía haberse enfriado, la fetua sigue vigente. Cuando la Reina de Inglaterra lo nombró caballero en 2007, se recrudeció de nuevo el sentimiento de odio hacia Rushdie en los sectores más fundamentalistas del Islam, y una fundación religiosa iraní elevó en 2012 la recompensa por el asesinato de Rushdie hasta los 3,3 millones de dólares.
“A los nacidos en la década de 1960, una cosa que jamás se nos habría pasado por la cabeza es que la religión volviese a adquirir poder”, afirmó Rushdie en una entrevista en 2015. “La idea de que la religión vendría a orquestar el discurso público habría parecido imposible. Si alguien me lo hubiese dicho en 1968, probablemente me habría reído”.
A pesar de las amenazas de muerte, Rushdie ha continuado escribiendo y publicando. Su última novela, Quijote (Seix Barral, 2020), se inspira en la obra magna de Cervantes para componer una parábola sobre el mundo del siglo XXI. “La inmigración es el gran tema literario de nuestro tiempo”, dijo en otra entrevista en El Cultural a propósito de su lanzamiento.
Desde luego, es un gran tema literario en el conjunto de su obra, como inmigrante criado en Reino Unido y que después se exilió a Estados Unidos. También era un tema fundamental en Los versos satánicos, pero el verdadero significado de la novela quedó para siempre eclipsado por el enorme peso de su sentencia de muerte.