El mundo de las letras, y de la cultura en general, se ha hecho eco rápidamente de la muerte de uno de los grandes escritores de la novela contemporánea española. Las redes se han llenado de mensajes de condolencia, y de sorpresa ante el fallecimiento de Javier Marías, ya que, a pesar de la dolencia pulmonar que le tenía temporalmente apartado de la escritura y de sus habituales artículos, nada hacía presagiar un final tan rápido.
La editorial Alfaguara, su casa desde hace años, lanzaba un escueto comicado lamentando su pérdida poco después de las cinco de la tarde: "Con enorme tristeza, desde Alfaguara lamentamos comunicar que esta tarde ha fallecido en Madrid nuestro gran autor y amigo Javier Marías".
La misma editorial escribía a mediados de agosto que "ente la preocupación suscitada, les comunicamos que padece una afección pulmonar de la que está en proceso de recuperación". Desgraciadamente, los peores augurios se han cumplido.
También los políticos se han sumado a las manifestaciones de respeto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, encabezaba su mensaje en Twitter con un "Día triste para las letras españolas". Para seguir: "Nos deja Javier Marías, uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. Su inmensa y talentosa obra siempre será parte fundamental de nuestra literatura".
En la misma línea, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, escribía en su cuenta: "Su obra le mantendrá vivo en nuestro recuerdo". Y la vicepresidenta Yolanda Díaz añadía: "Este país pierde hoy a uno de sus más grandes novelistas. En la obra de Javier Marías literatura y vida se entrelazaban de una manera asombrosa, abriéndonos la puerta a realidades complejas y hermosas".
El líder de la oposición y presidente de los populares, Alberto Núñez Feijó ha dejado escrito: "Hay personas que hubiesen merecido una prórroga. Se ha ido Javier Marías, magnífico novelista y hombre de enorme lucidez, uno de los máximos exponentes de la literatura contemporánea universal".
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El mundo de las letras se ha visto asimismo conmocionado por la pérdida de uno de los grandes. Desde instituciones, como la Real Academia a colegas y escritores a los que ha influido a lo largo de los años, los homenajes y las muestras de apoyo a la familia se han ido sucediendo desde primera hora de la tarde.
La Real Academia, a la que pertenecía desde 2008, se hacía también eco de la noticia. Y en la cuenta del Instituto Cervantes se leía "Conmovidos por la muerte de Javier Marías, uno de los escritores imprescindibles de los últimos 50 años. El prestigio mundial y la autoridad de su obra le convirtieron en habitual candidato al Nobel". Y se hacían eco de una de las sentencias del escritor: "No decir nada a veces puede requerir la misma valentía moral que alzar la voz".
Una de las primeras en manifestarse ha sido la escritora Rosa Montero, compañera además de las páginas de El País: "Totalmente noqueada con la muerte de Javier Marías". A ella se han sumado autoras como Elvira Navarro que afirmaba que "Con Javier Marías todos los que escribimos por estos lares teníamos algún tipo de relación: excelente, buena, mala o indiferente de esa manera que te obliga a preguntarte por qué. Era ineludible. Lo siento muchísimo".
"Javier Marías. Que increíble dolor. Que pena tan grande. Qué silencio en la vida", ha escrito el periodista Juan Cruz que continuaba el hilo: "Un escritor sobresaliente. Y una inteligencia incomparable para contar lo que hay dentro de los seres humanos. Cómo contar ahora todas las almas que contiene su literatura".
Mientras Arturo Pérez-Reverte remarcaba el hecho de haber muerto sin el Premio Nobel, al que ha sido eterno candidato de las letras españolas: "Que Javier Marías haya muerto sin el Premio Nobel le quita mucha categoría al Premio Nobel", escribía el autor de Alatriste en su cuenta de Twitter.
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El historiador Julián Casanova alaba "su forma bella y exquisita de narrar", la escritora Lara Hermoso no duda en calificarle como "el escritor español vivo más talentoso"; el escritor Juan Gómez-Jurado asegura que "su obra me ha acompañado en infinidad de ocasiones"; los escritores Jesús Ferrero y el editor Pere Sureda se despiden con citas del autor de Corazón tan blanco, y otros muchos que recuerdan anécdotas y momentos, desde sus editores hasta sus colegas. Los adioses llevan hoy el nombre de Marías.