La habitación desordenada de Fernando Sanmartín: una poesía del asombro
El poeta, inquieto viajero, dialoga habitualmente consigo mismo en 'Evitar la niebla', pequeñas narraciones líricas que parecen improvisadas
21 septiembre, 2022 03:06Además de libros de memorias, de viajes, de relatos, dietarios y novelas, el poeta Fernando Sanmartín (Zaragoza, 1959) ha publicado Manual de supervivencia (consejos inútiles), Noches de lluvia en el embarcadero, Antes del hielo, Infiel a los disfraces, El llanto de los boxeadores, El peligro de los círculos e Ir al norte.
Evitar la niebla, que consta de catorce poemas sin título, se abre con citas de Rafael Argullol y Patrick Modiano, uno de sus maestros, sobre la impresión de errar el camino a diario. Al deber de esperar se refiere la de Cees Nooteboom, al principio de la primera parte, y menciona a Aira en el verso inicial porque “dice que somos lo que escribimos”.
Lector contumaz e inquieto viajero (“Necesito que no me abandone / lo lejano”), por sus versos pululan numerosos personajes, literarios o no (el rey Juan Carlos “piensa en el monasterio de Yuste”). Y ciudades: Londres, Dublín y, sobre todo, París.
Sanmartín entiende el poema como “este lugar hecho para guarecerme / o conquistar la sed, / la ficción / que refleja / mi última estrategia”. Los protagoniza alguien que es y no es él. Porque yo es siempre otro. Un “desconocido” (“Dentro de mí / tengo una habitación desordenada”) que dialoga habitualmente consigo mismo (la identidad como tema), con una mujer o un médico: “¿Dejará de doler?”.
Uno que siente miedo “de lo que no me infunde miedo”. Suelen ser historias comprimidas, pequeñas narraciones líricas donde menos es más. Escritas con la intención de que parezcan improvisadas, dictadas por la inspiración, veloces y ligeras. Propias de quien se sume en el asombro. Exigen al lector su réplica.