Los lectores habituales de “Último pase”, el espléndido blog de Alberto Ojeda sobre literatura deportiva de esta misma revista, saben hasta qué punto una novela de esta temática aparentemente poco trascendente puede esconder una aguda reflexión sobre las relaciones personales, la formación de la personalidad, incluso la paternidad, o una abrumadora metáfora de la vida como autodescubrimiento.
Es el caso de Podio, ópera prima de Andrés Lomeña (Málaga, 1982), profesor de Filosofía y periodista, además de autor del libro de cuentos Empacho Intelectual (2008), del ensayo Ficcionología (2016) y del guion del cortometraje Psicópolis.
En Podio, Lomeña retrata en segunda persona, y a través de 50 breves capítulos distribuidos en seis partes (que van desde “Calentamiento” a “Realimentación positiva”) la aventura íntima de Paula Sen, una nadadora de extraordinario talento que al principio del relato no tiene más vida que el entrenamiento mientras sus padres buscan patrocinadores incansablemente.
Lo mejor comienza entonces, al conquistar casi sin querer una insólita libertad. Que en la carrera definitiva el autor seleccione como rivales a célebres novelistas, o que reivindique el revolucionario estilo Sen son muestra del ingenio de un debut sorprendente.