Es cierto que la Academia Sueca no suele dejarse llevar por coyunturas políticas ni otras derivas de la actualidad a la hora de conceder el Premio Nobel de Literatura. Este año, sin embargo, las quinielas del galardón literario más importante del mundo reservan una posición privilegiada a Salman Rushdie, el escritor que sufrió un apuñalamiento en el cuello el pasado mes de julio a manos de un fanático islamista, tras haber estado amenazado durante años por su obra Los versos satánicos.
La cercanía temporal del ataque y la condición del propio autor, siempre un defensor ferviente de los derechos humanos y la libertad de expresión, son los dos grandes motivos que lo convierten en serio candidato. Incluso el filósofo Bernard-Henri Lévy lanzó una campaña poco después del intento de asesinato para que Rushdie fuera el próximo Nobel de Literatura: “No imagino a un escritor que tenga hoy la presunción de merecerlo más que él. Comienza ahora la campaña”, escribió en el Journal du Dimanche.
Más extraño resulta que el nombre del escritor español Javier Marías, recientemente fallecido, aparezca en esas listas. El premio solo ha sido otorgado póstumamente en una ocasión, a Erik Axel Karlfeldt en 1931, pero desde 1974 los estatutos de la Fundación Nobel no contemplan esta posibilidad, salvo que el fallecimiento se haya producido después del anuncio del reconocimiento. Con todo, el autor de Corazón tan blanco tiene una cuota de 25/1 en la comparativa que ofrece Nicer Odds entre las casas de apuestas Unibet y Betsson.
[Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021]
Estas listas no han tenido demasiado tino en los últimos años. La poeta Louise Glück, premiada en 2020, presentaba una cuota muy discreta y Abdulrazak Gurnah, el ganador de la última edición, ni siquiera estaba en las apuestas. Los criterios de alternancia en cuanto al sexo y al lugar de origen sí se antojan más razonables para elaborar unas predicciones.
En primer lugar, parece muy posible que este año fuera una mujer la premiada, teniendo en cuenta que solo 16 figuras femeninas han sido reconocidas con el Nobel en la categoría de Literatura desde su primera concesión en 1901, siete de ellas lo han obtenido en los años del siglo actual y el año pasado lo ganó un varón. Anne Carson es la favorita. No obstante, sería este un vaticinio demasiado simple, amén de que el premio a Glück, también poeta y anglosajona, se produjo hace apenas dos años. Es más completo, por tanto, añadir a la razón del sexo de los autores la nacionalidad de los principales candidatos.
Michel Houellebecq y Haruki Murakami son los nombres mejor postulados, según la media de las distintas casas de apuestas. Cualquiera de estos formidables autores podría alzarse con el Nobel de este año, más si nos atenemos a su condición de eternos favoritos. El primero lidera el ranking en Unibet, ocupa la segunda posición en Betsson por detrás de Carson y la cuarta en Ladbrokes. En esta última comparte cuota con los terceros clasificados, entre los que se encuentran un histórico candidato como Ngũgĩ Wa Thiong'o y el mencionado Rushdie.
Houellebecq tiene en su contra la trayectoria gloriosa de Francia en el Nobel de Literatura —ostentan el récord, con 15 premiados— y el hecho de que su compatriota Patrick Modiano lo ganara en 2014: demasiado reciente. Murakami, autor de obras tan notables como Tokio Blues, es japonés, y conforme a lo explicado todo apunta a que este año le toca a un autor occidental, pero también podría ser su momento. El francés Pierre Michon, uno de los grandes favoritos en las apuestas, parte con la misma desventaja que su compatriota Houellebecq.
[Cinco Nobel africanos en 120 años de historia]
Con la misma cuota que el eterno aspirante, 20/1 según Ladbrokes, están Annie Ernaux, Chimamanda Ngozi Adichie, Edna O’Brien, Margaret Atwood y el rumano Mircea Cartarescu, una probabilidad con mucho sentido. Además de ser un poeta europeo, la última escritora nacida en Rumanía galardonada con el Nobel fue Herta Müller en 2009, y ni siquiera tenía nacionalidad rumana en el momento de la concesión del premio: era alemana.
Thomas Pynchon y Cormac McCarthy se mantienen con las mismas probabilidades. ¿Se atreverá la Academia Sueca a premiarles? La ausencia de Bob Dylan en la ceremonia de 2016 —esta vez se celebrará en la sala de conciertos de Estocolmo el próximo mes de diciembre— todavía escuece en los círculos del Nobel y el perfil de estos autores, alejados de la sociedad desde hace décadas, no hace pensar que su presencia esté garantizada.
Stephen King, Don Delillo, Emmanuelle Carrère o Dubravka Ugresic tienen una cuota de 25 a 1, según Ladbrokes. También Maryse Condé, la escritora de novelas históricas nacida en Guadalupe (Francia), aunque de descendencia africana. La novelista, cuya obra está siendo reeditada por Impedimenta en nuestro país, se encuentra en la misma situación que los otros africanos, Ngozi Adichie y Thiong'o: nada hace pensar que, un año después de dárselo a Gurnah, se le escape a un occidental.
Por si fuera poco, la reconocida feminista que ha divulgado la historia y la cultura africana en el Caribe fue galardonada en 2018 con el “Nobel alternativo”. Según la Academia Sueca, el “Nuevo Premio de Literatura” aspiraba a sustituir el vacío que había dejado el tradicional Nobel de Literatura, suspendido por primera vez desde la II Guerra Mundial por el escándalo de abusos sexuales y filtraciones protagonizado por un individuo de su entorno, Jean Claude Arnault.
Maryse Condé fue galardonada en 2018 con el “Nobel alternativo” tras la suspensión por el escándalo de abusos sexuales
Milan Kundera, eterno candidato, está muy abajo en las apuestas para esta edición, y sin embargo su victoria no sería descabellada en modo alguno. A propósito: con las mismas opciones parten autores como Martin Amis. Adonis no aparece en la lista, pero no deja de ser otro mítico aspirante. Más posibilidades parecen tener Joyce Carol Oates, Karl Ove Knausgaard o el poeta Charles Simic. El noruego Jon Fosse, los estadounidenses Jamaica Kincaid, Gabrielle Lutz, Robert Coover, la china Can Xue, la francesa Hélène Cixous o la rusa Liudmila Ulitskaya son otros de los candidatos en Ladbrokes, aunque no tienen el cartel de favoritos.
La casa de apuestas británica suele ser una referencia en las apuestas del Nobel. En torno al 90% de los ganadores en la categoría de Literatura suelen tener una cuota de 10/1, pero lo cierto es que tampoco ha sido siempre así. Ni siquiera la Academia desvela los nombres de los nominados hasta 50 años después, por lo que las expresiones del tipo “eterno candidato” no son del todo precisas. Todo parece indicar que esos nombres siempre repetidos están en el punto de mira del jurado, pero la única verdad es que se trata de unos galardones muy herméticos.
La Academia Sueca no desvela nombres de nominados hasta 50 años después del nombramiento del Nobel de Literatura
Incluso los requisitos para ser reconocido con el Nobel a menudo resultan controvertidos. Alfred Nobel, inventor de la dinamita y creador de los galardones, solicitó que se concediera cada año “a quien hubiera producido en el campo de la literatura la obra más destacada”. Hasta aquí, bien; el problema es la interpretación de las frases abstractas que añadió: el reconocimiento de unas obras elaboradas “en la dirección ideal” que reportaran “el mayor beneficio a la humanidad”.
Así, muchos años se ha creído que prevalecía la defensa de los derechos humanos por parte de los escritores. Otras veces se ha premiado a autores desconocidos de regiones remotas, y en lo que llevamos de siglo XXI a un número importante de mujeres (en proporción con los nombramientos del siglo XX). Sea como fuere, desde 1901 a 2021 se han concedido premios Nobel de literatura a 118 personas. El galardonado más joven fue Rudyard Kipling, que tenía 41 años cuando lo recibió en 1907 y la premiada más longeva, Doris Lessing, tenía 88 años cuando fue reconocida con el Nobel exactamente un siglo después.
En cuanto a los que no lo recibieron, podemos establecer la división en dos grupos: los olvidados y quienes lo rechazaron. Los nombres de Rubén Darío, Nabokov, Proust, Franz Kafka, Jorge Luis Borges, Cortázar, César Vallejo, Miguel Delibes, León Tolstói, Zola, Paul Valéry o Benito Pérez Galdós jamás formarán parte de la eximia lista. Pero más curioso es el caso de Boris Pasternak y Jean-Paul Sartre. En 1958, el poeta ruso primero lo aceptó y más tarde terminó declinándolo por las presiones de la Unión Soviética, con Stalin a la cabeza. En 1964, el filósofo francés rechazó el premio directamente porque nunca quiso saber nada de reconocimientos oficiales.