Lev Manovich, nos recuerda este brillante ensayo, se refería al siglo XIX como el siglo de la novela, al XX como el de la narrativa cinematográfica, y al siglo actual como el de las bases de datos. En este sentido parece cada vez más obvio que las dos primeras décadas del siglo XXI han estado marcadas hasta ahora por una insólita sensación de inercia, repetición y retrospección, una ralentización cultural que convive con una inédita aceleración de los flujos del capital y la información. ¿No estamos sometidos a la violencia de una positividad comunicativa algorítmica que no priva, sino que satura, que no excluye tanto como agota?
Sensible sismóloga de las profundas transformaciones sociales, culturales y antropológicas de las últimas décadas, mutaciones originadas, en parte, por la introducción de nuevos formatos tecnológicos y comunicativos, Remedios Zafra (1973) ha ganado el XXVIII Premio de Ensayo Jovellanos con El bucle invisible, una obra que despliega y amplía todos los hallazgos de una investigación muy personal que comenzó en Un cuarto propio conectado. (Ciber)espacio y (auto) gestión del yo (2010), #Despacio (2012) y se consolidó en El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital (2017) y Frágiles (2021).
Es una singular receptividad a los síntomas cotidianos de nuestra realidad tecnológica, combinada con una lúcida vulnerabilidad, lo que ha permitido a Zafra trazar su potente gesto reflexivo. Esta intempestividad se nutre de aquellos tiempos y espacios “muertos” o “enfermos” que no son rentables en la aceleración contemporánea. Es justo esta mirada la que permite a la autora en estas páginas ahondar críticamente en el impacto de la cultura algorítmica y la inteligencia artificial en nuestras sociedades.
No es cosa menor en términos teóricos el interesante uso que Zafra hace de la “crítica” en esta aproximación a una realidad ya inevitablemente mediada por la tecnología. Su escritura no se entiende así solo “como un posicionamiento ya tomado, que esquive problematizar las contradicciones y matices de la cultura-red en tanto cultura algorítmica”, ni anatematiza de forma apocalíptica sus resultados, sino que busca apuntar a posibles ambivalencias.
El modo en el que Zafra aborda la imagen del “bucle” alude a una suerte paradójica de “encierro” por “liberación” o hiperconexión producida por la cultura-red contemporánea. Aquí surgen dos preguntas clave que, sin duda reformulan el análisis crítico frankfurtiano de los dispostivos técnicos de la “industria cultural” y su normalización social. ¿Hasta qué punto los marcos que los algoritmos presuponen de nosotros en función de nuestros hábitos de consumo nos atrapan en imaginarios especulares autorreferenciales que nos hacen repetir, precisamente, lo que las identidades colectivas ya dadas anticipan de nosotros?
En estas páginas, Remedios Zafra ahonda críticamente en el impacto de la cultura algorítmica y la inteligencia artificial en nuestras sociedades
Por otro lado, ¿en qué medida la inmediatez, la conexión obsesiva, la obscena hipertransparencia de las plataformas mediáticas, con su hipertrofia informativa y la normalización de los dispositivos tecnológicos, va de la mano del hermetismo de los códigos que programan este mundo? Cuanto más visible es nuestro acceso al mundo desde las pantallas, ¿no se hacen menos sensibles y más opacas las mediaciones desde las que accedemos a él?
Si “se hace un gran esfuerzo por invisibilizar las lentes, es decir, por eclipsar toda reflexión sobre lo que ese cristal hace con aquello que se observa”, es porque existen poderes que necesitan mantener esta opacidad por hipervisibilidad.
[Remedios Zafra: "La prisa es enemiga de la cultura, crear necesita tiempo"]
De ahí la necesidad de preguntarse por aquello que no vemos en la saturación agotada de nuestra mirada; en un mundo de datos masivos gestionados por determinadas industrias digitales, una sociedad democrática no puede permitirse el lujo de no comprender que el radio de acción del mundo digital tiene una indisiosa determinación política; que sus influencias simbólicas crean imaginarios culturales y relaciones de dominación.