“Este es el tiempo de los bombos y las bombas. Del automatismo contra la inteligencia, de la estandarización contra la diferenciación, de los valores publicitarios, del pensamiento en serie, de la cantidad contra la calidad. Y la mitad de la humanidad sigue dedicándose a explotar la otra mitad. Todo se deshumaniza. Vivimos rodeados de innumerables locos erigidos en héroes”.
Cualquiera diría que estas demoledoras palabras de desencanto describen el mundo de hoy, pero fueron escritas hace décadas por Ana María Martínez Sagi (Barcelona, 1907-2000). La memoria de la periodista, poeta, atleta y feminista, injustamente olvidada por la historia, ha sido recuperada recientemente gracias a varios proyectos de la Fundación Banco Santander. Ahora vuelve a resurgir en una nueva temporada del proyecto Cartas Vivas, fruto de la colaboración entre la fundación y la Universidad de Exeter, en Reino Unido.
El proyecto tiene como objetivo recuperar la memoria de pensadoras y escritoras del siglo XX a través de sus testimonios epistolares, en su mayoría procedentes del importante archivo del Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver. Surge de una concienzuda investigación académica liderada por la catedrática Nuria Capdevila-Argüelles, pero tiende puentes con el público general (especialmente el joven) a través de piezas audiovisuales en las que actrices dramatizan el contenido de las cartas.
Las palabras citadas al comienzo, extraídas de una misiva escrita por Sagi, cobran vida (y redoblan su dramatismo) en la boca de la actriz Teresa del Olmo, que nos mira desde la pantalla con ojos penetrantes. “Me costó entender su tristeza infinita, su desilusión”, confiesa la actriz. “Me duele porque yo soy todo lo contrario, soy optimista y amo la vida. Ella no, por lo menos en las cartas que tuve en las manos”. No obstante, también reconoce que tuvo una visión más completa de Ana María Martínez Sagi después de leer el libro que publicó también la Fundación Banco Santander, La voz sola, en la que el escritor Juan Manuel de Prada compiló y prologó la obra periodística y poética de la autora.
Los tres nuevos vídeos con lecturas dramatizadas de las cartas de Martínez Sagi se suman a otros tres con las de Concha Méndez (interpretada por Adela Leiro) y Dulce María Loynaz (a la que encarna Leila Arias). Son las nuevas incorporaciones a una web en la que también se pueden ver y escuchar los testimonios de Carmen Laforet, Federica Montseny, Carmen Conde, Hildegart Rodríguez, Mercedes Pinto, Teresa Wilms Montt y Eunice Odio.
Este año, además, le ha salido una nueva pata al proyecto Cartas Vivas: la representación teatral, gracias a una colaboración con el Cervantes Theatre de Londres, fundado en 2016. Se trata del único teatro del Reino Unido dedicado a la representación de obras españolas y latinoamericanas, clásicas y contemporáneas, tanto en español como en inglés. Así, se ha creado una obra llevando a la escena las cartas entre Carmen Laforet y Elena Fortún, que permanecieron inéditas hasta su publicación en 2017 en la colección Cuadernos de obra fundamental de la Fundación Banco Santander con el título De corazón y alma y que tuvieron “un impacto absolutamente enorme”, destaca la investigadora.
[Carmen Laforet y Elena Fortún: correspondencia inédita]
Esta producción, con dramaturgia y dirección de Paula Paz, directora artística del Cervantes Theatre, ya pudo verse en Londres el pasado mes de mayo y próximamente podrá verse en el Teatro de la Abadía de Madrid, del 26 de enero al 5 de febrero, con las actrices Elena Sanz y Paula Rodríguez. Se trata de un proyecto que encaja a la perfección con la labor de internacionalización de la cultura española, labor que desempeñan “de forma casi institucional” aunque el Cervantes Theatre sea una iniciativa privada de la Spanish Theatre Company. Por su parte, Nuria Capdevila-Argüelles considera que “el Reino Unido ama a España” y que “los estudios hispánicos son un campo en perpetuo crecimiento” en tierras británicas.
Para Paz, escribir la dramaturgia y dirigir esta obra de teatro, titulada Cartas Vivas. Carmen Laforet y Elena Fortún, ha sido “un honor” y opina que la obra “salda una deuda que tenemos con estas intelectuales, a las que debemos dar voz y visibilidad para que no caigan en el olvido”.
El proyecto Cartas Vivas, además, tiene una vertiente educativa que acerca este conocimiento a los alumnos de secundaria, proponiéndoles actividades en las que ellos mismos se convierten en creadores de contenido, capaces de preparar sus propias Cartas Vivas en equipo, desde la investigación de la escritora o intelectual seleccionada hasta el rodaje de la pieza audiovisual. Podcasts, subtitulado, técnicas de rodaje, guion, investigación historiográfica y edición cinematográfica y actuación, son algunas de las destrezas trabajadas en los talleres del Aula CartasVivas por la que han pasado ya tres generaciones de estudiantes de la Universidad de Exeter y de la que son usuarias instituciones educativas en USA, España, Reino Unido y otros países europeos.
“Hemos descubierto una nueva manera de sacar la investigación del campus, porque quedarse en él es una falta de respeto a la sociedad”, afirma con entusiasmo Nuria Capdevila-Argüelles. “Debemos llegar al escenario, a las aulas, comunicar este proyecto de todas las formas posibles”, porque la cuestión no es solo “hacer regresar a las modernas, sino cómo hacerlas permanecer”. En este sentido, considera que el teatro es una herramienta idónea.
Para la investigadora, lo que ella y su equipo realizan no es otra cosa que una labor de traducción: “del pasado al presente, de la ausencia a la presencia, del silencio a la voz”. Todo ello con el objetivo principal de “representar a una generación de feministas que tenían conciencia de grupo y sufrieron un olvido que abarcó a toda una generación”.