No puede decirse que Hannah Arendt (Hannover, 1906 - Nueva York, 1975) sea una desconocida para el lector español. Cierto es que su influencia en el campo de la filosofía política tardó algo más en hacerse notar en nuestro país, pese a contar con la traducción de alguna de sus obras fundamentales desde los 70, como Los orígenes del totalitarismo.
Fueron estudiosos como Salvador Giner, Fina Birulés o Manuel Cruz quienes abrieron brecha, subrayando la fecundidad de sus reflexiones sobre el juicio moral para conferir nuevo impulso teórico al pluralismo democrático tras los traumáticos derroteros de una modernidad desorientada por la pérdida de principios rectores conducente a dos guerras mundiales.
Después vinieron trabajos sobre aspectos más específicos de su obra, como los de Ángel Prior y Agustín Serrano de Haro, o la inspirada lectura que realizara Antonio Campillo en El concepto de amor en Arendt (Abada, 2019), y síntesis iluminadoras como la de Nuria Sánchez Madrid en Hannah Arendt: la filosofía frente al mal (Alianza, 2021). Se han traducido además monografías de referencia, testimonios de primera mano, como su Diario de pensamientos (1950-1973), o buena parte de su correspondencia, y contamos con excelentes biografías como la de Elisabeth Young-Bruehl.
Para completar este rico panorama, nos llega ahora un espléndido volumen, editado originalmente como catálogo de la exposición celebrada en el Deutsches Historisches Museum de Berlín, del 27 de marzo al 18 de octubre de 2020. Aunque debido a la pandemia tuviera menor lucimiento del que merecía, resultó magnífica gracias a una presentación muy cuidada del material y una extensa colección de documentos, objetos personales y algunas de las imágenes más emblemáticas de Arendt, captadas por el fotógrafo Fred Stein entre 1944 y 1966. Muchas de esas fotografías se publican ahora por primera vez en este catálogo del que son editores la filósofa y comisaria de la exposición, Monika Boll, y los responsables del Museo, Dorlis Blume y Raphael Gross.
Que se trata de una muestra hecha con muy buen criterio se aprecia sobre todo en el conjunto de veinticuatro textos de especialistas que reúne el libro, organizado en torno a los temas expositivos que resumen la huella dejada por esta lúcida pensadora: el antisemitismo y la identidad judía, la experiencia totalitaria, la situación de los refugiados, el feminismo y el movimiento estudiantil, entre otros. El último apartado reúne una serie de artículos sobre su pensamiento político, con aportaciones de Wolfram Eilenberger, Marcus Llanque, Ursula Ludz y Susan Neiman.
La obra repara en la afinidad entre sus observaciones sobre la banalidad del mal y los análisis sobre la obsolescencia del hombre en la era tecnológica de Günther Anders
Destaca en esta recopilación el tratamiento de un aspecto de la maduración del pensamiento arendtiano en los años previos al exilio de Alemania que sigue pendiente de mayor estudio: la afinidad entre sus observaciones sobre la banalidad del mal y los análisis sobre la obsolescencia del hombre en la era tecnológica por parte de su primer marido, el filósofo Günther Anders, con quien siguió manteniendo un intercambio intelectual hasta los años cincuenta.
Anna Pollmann plantea aquí un interesante acercamiento al tema, precisando además las diferencias entre Anders y Arendt en torno al problema de la amenaza nuclear durante la primera fase de la Guerra Fría.
En suma, es este un volumen imprescindible, que justifica plenamente la afirmación del historiador y periodista israelí Amos Elon que le sirve de lema: “el siglo XX no se puede entender sin Hannah Arendt”.