Piensa menos y vive más

¡Buenos días! 

Semana particularmente difícil para elegir entre los finalistas.

Han estado a punto de ganar estos poemas:

Faradays

Susurra la noche su balada // entre sueños de terciopelo. // Es la resaca del mar.

Exactitud esbelta de un poema que nos va meciendo en la lectura desde esa inicial “balada” que nos “susurra”: aquí hay una poética que después se cumple, con esos “sueños de terciopelo” tan elocuentes, antes de un verso final de plenitud y remanso.

Brujoavería

Un soplo de palabras // mudas ante el abismo // y el vértigo despliega sus alas.

Excelente ese “soplo de palabras” del comienzo que proporciona corporeidad al poema. Esa “mudez” sobre el “abismo” es significativa y anticipa el hondo cierre. Estamos ante una composición que hace de la coherencia interna en un acierto de exactitud y belleza.

PabloCavero

Palabras desechas en afonías de silencios traslúcidos// solo surcan la brisa trinos debutantes// y un danzar crujiente de hojas sin rama.

Cada verso es un hallazgo con autonomía no ya versal, sino lírica. Y cada uno de esos hallazgos, además, guarda su giro interno: así, las “afonías” lo son de “silencios”, sí; pero, además, “traslúcidos”. Muy buenos los hallazgos posteriores y final apoteósico.

Pero el ganador es

Entelequio

Llega una noche sin luna / acallando por primera vez el aullido del lobo / rasgando nuestros miedos danzantes alrededor de la hoguera.

La estructura del poema nos sugiere desde su rigor interno, desde esa “noche” inicial que va cortando todos los niveles de percepción que podríamos haber anticipado: el “aullido del lobo” es acallado y nos reunimos en torno al fuego inaugural de la palabra. Estamos ante un poema que es experiencia y lenguaje, con plasticidad sencilla y directa.

Tema de la semana: “Piensa menos y vive más”. Hasta la misma frase quizá la hemos pensado, demasiadas veces, más de lo que lo hemos sabido incorporar a nuestro devenir inmediato. Me lo dijo un buen amigo el otro día: “Piensa menos y vive más”. Vivir es escribir y pensar es vivir. Todo es vida, sí; pero también tenemos que dejar al pensamiento salir de su paréntesis y convertirse en acto. Escribamos de esto, en 3 versos y no más de 140 caracteres. Hagamos con la vida una poesía práctica del ser.