Hace ya una década que nos dejó Eugenio Trías (Barcelona, 1942-2013) y no cabe duda de que la falta de nuevas entregas de su brillante ensayismo se deja sentir en el actual panorama filosófico. Trías cultivó siempre con acierto ese género que él solía llamar “literatura de conocimiento”, y lo hizo desde una viva conciencia de la importancia histórica que entrañaba el poder desplegar plenamente una escritura filosófica en español, a fin de superar nuestra endémica escasez en ese terreno.
Entendía su labor como una manera de recuperar lo que había despuntado en España gracias a figuras como las de Ortega o Unamuno, pero que se quebró con la Guerra Civil: el entronque del ensayo con el trabajo universitario, la exploración de otras formas de expresión filosófica más allá de las convencionales del tratado sistemático.
Aunque su obra se fue orientando hacia la voluntad de sistema y el rigor del concepto, nunca renunció a expresarse en términos que llegaran a un público más amplio. Este impulso parece perderse de nuevo hoy en día, con escasos continuadores y condiciones que lo dificultan sobremanera, dividido como está el espacio filosófico entre un academicismo cada vez más encerrado en la jaula de hierro de los índices de impacto de las revistas científicas y una escritura de consumo entregada a la autoayuda y la divulgación barata.
Mientras llegan tiempos mejores, hay al menos quienes se ocupan de que el legado de un pensamiento como el de Trías siga vivo. Al trabajo constante que viene realizando el Seminario que lleva su nombre en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, con el profesor Jordi Ibáñez a la cabeza, se suman iniciativas como el volumen colectivo editado recientemente por Antonio Rivera, La ciudad y la razón fronteriza. La filosofía de Eugenio Trías (Universidad Politécnica de Valencia) o el rescate de textos y documentos del propio autor. Entre estos últimos se puede contar esta interesante compilación de entrevistas a Trías realizada por el periodista, crítico y buen conocedor de su obra, Francesc Arroyo (Barcelona, 1950).
Como anota Arroyo en el prólogo, estas entrevistas no sustituyen la lectura directa de los libros de Trías, pero sí valen como una excelente introducción a su pensamiento. Además, nos permiten contemplarlo bajo una luz distinta, la de la actualidad del momento. Trías se muestra aquí como un gran conversador, claro y hábil a la hora de conectar sus principales temas filosóficos –la idea de límite, la condición fronteriza del ser humano– con cuestiones más inmediatas, desde la necesidad de repensar el papel de Europa a su apuesta por una Barcelona moderna, vertebradora de la sociedad civil frente al estéril frentismo nacionalista.
Estas entrevistas no sustituyen la lectura de los libros de Trías, pero sí introducen su pensamiento
También resulta muy sugestiva la diversidad de planos que nace del perfil de los diferentes entrevistadores: colegas como Josep Ramoneda o Miguel Morey; discípulos como Juan A. Rodríguez Tous, Fernando Pérez-Borbujo o Patxi Lanceros; periodistas como Robert Saladrigas, Blanca Berasategui o el propio Arroyo; editores, músicos, críticos de cine o psicoanalistas. Testimonian la riqueza de intereses de Trías, pensador de un humanismo más complejo tras las críticas al sujeto de marxismo y psicoanálisis.
A la vez, estas entrevistas evidencian la coherencia de su trayectoria: si en un primer momento su ansiada democratización de la filosofía vino a cuajar en el abordaje de contenidos extraños al canon –del carnaval a la pasión amorosa– la voluntad de estilo fue luego el medio para seguir fiel a ese compromiso, hasta forjar una de las creaciones filosóficas más destacadas de nuestra cultura.