Dar “una visión global” de la naturaleza de la arqueología cognitiva “y de su forma de aplicación al análisis y la comprensión del pasado” es el objetivo que Ángel Rivera y Mario Menéndez, respectivamente doctor y catedrático de Prehistoria de la UNED, persiguen con su Manual de Arqueología y Paleoantropología cognitivas, una obra en la que explican en qué consiste esta materia, “cómo se ha ido conformando en su breve pero intensa historiografía y cómo hay que manejarla en el análisis arqueológico”.
Título: Manual de Arqueología y Paleoantropología cognitivas
Autores: Ángel Rivera y Mario Menéndez
Editorial: UNED
Año de edición: 2023
Disponible en UNED
Disponible en Unebook
Publicado por la UNED, el manual se divide en cuatro módulos. El primero responde a la pregunta “qué es la arqueología cognitiva”; el segundo estudia cómo se ha ido conformando esta disciplina, su desarrollo histórico e historiográfico; el tercero se pregunta cómo fundamentarla a partir de las ciencias que aportan conocimiento al modelo cognitivo humano y el último se centra en el diseño de un método para la aplicación de la interpretación cognitiva a los datos arqueológicos. La obra incluye un glosario y una extensa bibliografía general, así como resúmenes didácticos en cuadros independientes como acceso rápido de consulta de las ideas troncales.
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La arqueología cognitiva, explican, es una especialidad de reciente aparición “que, combinando otras disciplinas relacionadas con el estudio de la mente y del comportamiento humano, intenta comprender e interpretar cómo percibieron el mundo los hombres y mujeres del pasado, cómo interactuaron entre sí y cómo transformaron su entorno; es decir, analiza el registro arqueológico a través de la lente cognitiva para estudiar la evolución individual, la evolución social y la evolución tecnológica o cultural”.
Rivera y Menéndez, que trabajan juntos desde hace más de dos décadas, apuestan por “difundir la arqueología cognitiva en los ámbitos académicos y en la práctica arqueológica”. Rivera llevaba muchos años dándole vueltas a este libro y preparando materiales. “En los últimos cinco años nos hemos puesto a trabajar en equipo con gran intensidad y este es el resultado. No ha sido fácil”, indican.
La aportación española
El manual supone una aportación desde el ámbito universitario español al estudio de una corriente que, “como método de análisis de la materialidad arqueológica y paleoantropológica, surgió en el mundo anglosajón en las dos últimas décadas del siglo pasado”, y que, aunque “cada vez va ocupando más espacios académicos”, sigue siendo “esencialmente británica y norteamericana”.
“En los últimos años”, añaden los especialistas, “con el enorme avance de las neurociencias”, la arqueología cognitiva “ha generado una gran producción científica en forma de artículos sobre aspectos concretos del comportamiento humano prehistórico”. Aun así, seguía faltando esa “visión global” sobre una disciplina que “aún no ha sido bien entendida y valorada en el mundo académico”, si bien “va ganando espacio fuera del ámbito universitario anglosajón, sobre todo en las generaciones más jóvenes”.
Y es que “cada vez más alumnos quieren hacer sus TFG, TFM o tesis doctorales con una metodología cognitiva de análisis arqueológico”. Esto, aclaran Rivera y Menéndez, “supone ir un paso más allá” respecto a la arqueología convencional, “pero no sustituye sus conocimientos y metodología, sino que los complementa”. Por eso “le cuesta tanto trabajo ser aceptada y valorada: añade un plus de esfuerzo en campos poco conocidos para las humanidades”.
Uno de los fundamentos de la arqueología cognitiva es la colaboración entre disciplinas diversas. Es una corriente que “utiliza fundamentalmente en su análisis tres modelos de cognición que determinan los comportamientos humanos durante la Prehistoria y también en la actualidad: cognición social, emocional y tecnológica (cultural).
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Por ello, debe manejar informaciones de las neurociencias, la biología, la psicología, la sociología, la antropología…, y como en todos nuestros comportamientos hay un componente simbólico que se corresponde con nuestro nivel de lenguaje, también la lingüística evolutiva y cognitiva. Y para comprender cómo se perpetúan nuestros progresos evolutivos, biológicos y culturales, deben conocerse los mecanismos básicos de trasmisión generacional, fundamentalmente genéticos y epigenéticos”.
Los especialistas citan a Edward O. Wilson, profesor en la Universidad de Harvard, que afirmaba que “la Historia no puede entenderse sin la Prehistoria y la Prehistoria se queda corta sin la biología”. Es decir, “la arqueología cognitiva debe ser esencialmente interdisciplinaria para poder cumplir sus objetivos de conocimiento. Esa idea y cómo desarrollarla en la práctica constituyen el eje central de este manual”.