¡Buenos días!

Semana particularmente difícil por la alta calidad de los finalistas.

Han estado muy cerca de ganar estos poemas:

MJVIZ

Soy equilibrista de un planeta ocasional / que varía su rumbo / con cada gota exprimida al tiempo. 

Desde ese punto de “equilibrio” buscado que tienen tanto la vida como la misma poesía, con sus imprescindibles “desequilibrios”, también varía “su rumbo” este poema, para llegar a esa síntesis de “tiempo” imprescindible que se asoma en el tercer verso. Bien.

Marta

Asoman los girasoles bajo la niebla de los roques. / El fuego limpia las palabras / sobre la colina sin voz

Desde esos “girasoles” que se “asoman”, también nosotros entramos al poema. “El fuego” purificador “limpia las palabras”: la comunicación, el lenguaje, la propia poesía, que parece haber quedado muda en el tercer verso. Muy buen poema en fondo y forma.

Ayalgamar

Somos hojalata que llora su perfección esférica,/ aprendiendo la frágil fortaleza de nuestro nombre,/ rodando entre palabras de agua fresca.

Esa “frágil fortaleza de nuestro nombre” es la identidad: lo que somos al fondo del espejo, más allá de cualquier “perfección esférica”. Sin embargo,  nos espera la “frescura” de vivir, con “palabras” nuevas que alcancen a nombrarnos. Muy bueno.

Pero el ganador es

Thurma

En las ramas del sol crecen planetas/cuerpos de luz entre la cejas de la atracción inútil/y el duelo de la noche herida

Vemos cómo se elevan esos mundos que crecen en “las ramas del sol”: es una imagen hermosa desde su redonda sencillez. Toda vida tiene sus resquicios de “atracción inútil” que está ahí, en nuestro pensamiento –“entre las cejas”-, y todos hemos de pasar algún “duelo de la noche herida”, o más de uno. Hermoso poema que revela la hondura de lo que nos ofrece, con imágenes bien definidas, nítidas y con varios niveles de lectura.

Tema de la semana: “Ganar tiempo”. Hemos de ganar tiempo, abrir nuestras ventanas al presente. La noche nos ahoga como un cuchillo helado que nos hace temblar entre estampas que no querríamos ver. Hay que pegar los brazos a los costados y avanzar, aguantar lo que venga, fajarse igual que esos boxeadores que saben cuándo sólo se puede resistir. Escribamos de esto, en 3 versos y no más de 140 caracteres. De cómo cruzando esas ventanas podemos ganar tiempo y rescatar todas las palabras del silencio.

Consulta aquí las bases del concurso.