Ya están aquí. Cientos de listados con sugerencias de lectura recorren las publicaciones de todo el mundo. Un signo inequívoco de que el año se acaba. En el cómic no escapamos de esta costumbre disfrazada de docta erudición. Presos de un ego típicamente humano, las sugerencias realmente constituyen una deliciosa arbitrariedad de los que nos dedicamos a esto de leer y recomendar. Porque si este empeño tuviera un algo de ciencia las recomendaciones de unos y otros coincidirían: salvo honrosas excepciones ya les digo yo que no.
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Ponemos en sus manos una posible selección de las muchas que definen los últimos doce meses, con toda la certeza de estar equivocados. Certeza que alivia la presión y ampara nuestro anhelo de serle útil y porque no, originales. Así que en vez de contarle lo que otros listados ya han hecho (y probablemente con más tino y enjundia), desde estas lineas compartimos aquellas propuestas que si bien no han levantado la polvareda de autores de renombre o no han contado con la fortuna de una apuesta editorial, reflejan lo acontecido en este medio llamado cómic durante un 2023 que ya languidece.
Una decena variopinta, con tronío, que se esconde entre las bambalinas de este medio a la espera de ser descubiertas. Sin más dilación, aquí van nuestros diez “imprescindibles”:
1. La inevitable ceguera de Billie Scott
Zoe Thorogood
Reservoir Books
Pintar diez cuadros en dos semanas: ese es el reto de Billie. Porque luego se quedará ciega. Una sinopsis impactante para una novela gráfica cargada de sorpresas, donde el elemento emocional está presente desde el inicio tanto para remover como para reactivar consciencias. El trazo de Zoe Thorogood cautiva nada más abrir el cómic, con un planteamiento visual alejado del mainstream: colores ocres y pluma afilada.
Las cavilaciones y dudas de Billie se incrustan en las viñetas que a fuerza de empatizar zarandeará al lector al compartir sus duras circunstancias. Por el camino, Billie se cruza con personajes sobre los que le afloran sentimientos encontrados: ¿son amigos de verdad o gente que pasaba por allí?. Mientras tanto solo tiene quince días para averiguarlo. Buena historia de una autora revelación del cómic actual.
2. Alison
Lizzy Stewart
Errata Naturae
La ilustradora y autora británica Lizzy Stewart elabora una novela gráfica que evoca el ambiente bohemio y efervescente de la escena artística del Londres de finales de los setenta con una novela gráfica acerca de una joven de clase trabajadora que rehace su vida en un mundo que no ha sido diseñado para gente como ella.
Alison es una compleja historia de amor y madurez, así como una meditación sobre la amistad y el empoderamiento femenino en el espinoso mundo de las bellas artes. Un delicioso retrato de aquel estilo de vida y del proceso creativo en una historia construida sobre momentos personales hechos de cordura, dudas y humor. A pesar de su sencillez aparente, un cómic revelador sobre las motivaciones humanas y la superación personal.
3. Krazy Kat
George Herriman
La Cúpula
George Herriman (1880-1944) vuelve a las estanterías con una edición que destila admiración y respeto por uno de los creadores más señalados del Noveno Arte. El lenguaje del cómic le debe mucho al autor de Nueva Orleans, que recuperamos -aunque nunca se fue- para disfrute de todos. Insisto, de todos. Han pasado más de cien años y estas historias conservan toda la magia de antaño. Sus viñetas se convierten en un reencuentro con una forma de narrar instalada en nuestro inconsciente que no necesita de instrucciones.
Magnífica edición de La Cúpula para acercar uno de los momentos más inspirados del arte secuencial: aquellas planchas dominicales que iluminaban la vida de lectores de antaño. Ahora con todo sus destellos creativos y valor histórico, y si les vale el símil cinematográfico, leer Krazy Kat es recuperar la genialidad de Chaplin, o Keaton, o Lloyd en pleno siglo XXI. Atentos al ladrillo de Ignatz.
4. La sangre de la virgen
Sammy Harkham
Fulgencio Pimentel
La sangre de la virgen rememora la escena cinematográfica de Los Ángeles de los años 70 y los intentos de un joven ambicioso (Seymour) por construir una familia y una carrera como artista del celuloide.
El cómic, que trata de la lucha de un hombre por convertirse en artista en una inmensa urbe a la que no le importan nada los perdedores, también muestra una época de aquella ciudad donde supervivientes del Holocausto aún estaban por allí para contar sus historias.
Una historia sobre el compromiso con el oficio de la narración, un drama donde infortunio y trivialidad se dan la mano en un libro con mucho corazón. Desde un punto de vista gráfico, esta novela gráfica demuestra las posibilidades narrativas y visuales del noveno arte con una maestría poco frecuente. Merece la pena dedicarle tiempo y releerlo resulta igual de gratificante que la primera ocasión. Por si acaso, Art Spiegelman (Maus) lo recomienda.
5. Capital e ideología
Claire Alet y Benjamin Adam
Deusto
Entretenido es lo contrario de aburrido. No de serio. Quizá la forma correcta de ayudar a las personas a pensar consista en convertir cualquier discurso o postulado, por embrollado o sofisticado que sea, en una experiencia amena. Aunque se trate de un libro complejo como el afamado texto de Thomas Piketty, Capital e ideología, sobre economía política. Y aquí el cómic puede ayudar.
Esta singular obra merece ser reconocida por el trabajo de Claire Alet y Benjamin Adam, artistas capaces de conseguir lo impensable: transformar una reflexión sesuda sobre el capitalismo en una experiencia reconfortante y amena.
Visual y clarificador los autores sacan partidos a los recursos visuales y las viñetas para adentrarnos en el texto sobre economía y política más importante de los últimos cinco años. Una manera original de acercar determinados temas a la sociedad actual con ingenio y rigor.
6. Ultrasound
Conor Stechschulte
Libros Walden
Una noche, durante una fuerte tormenta y fuera del alcance de su móvil, Glen vuelve a casa de una boda a altas horas de la noche cuando se le revientan las ruedas de su coche. Lo que comienza como un hombre relatando un extraño encuentro... se convierte en un thriller psicológico y erótico que te hace cuestionar la realidad misma.
A partir de ahí, Ultrasound zigzaguea en una trama vertiginosa enmarcada por el original uso del color como elemento narrativo y el dominio del discurso gráfico de Stechschulte que dan como resultado un impresionante rompecabezas entre suspense y ciencia ficción. Un guión hecho de tramas paralelas combinando thriller psicológico y experimentos mentales conseguirán hacerle volver atrás y releer Ultrasonido desde el principio. Enigmático y adrenalínico por momentos.
7. Querido Callo
Aline Kominsky-Crumb
Reservoir Books
El estilo underground viene a ser al cómic lo que el punk a la música rock: salvaje, hilarante y áspero aunque también crítico, verista y directo. Honesto pero sobre todo sin filtro. Y en este 2023 quien triunfa en estos menesteres son los relatos irreverentes de Querido Callo. Con un estilo más divertido y cercano que su archiconocido marido, el mítico ilustrador Robert Crumb, Aline se despacha a gusto compartiendo sus vivencias para quien quiera saber cómo era ser una mujer joven y sexualmente liberada en los años 60 y 70.
Grafismo neurótico y feísta con escenas explícitas y violencia sexual. La autora no se ahorra ningún detalle soez, con un verbo contundente y afilado. Como un bofetón con la mano abierta, imborrable y a veces necesario. Ya saben, sólo para público adulto.
8. Goodbye Eri
Tatsuki Fujimoto y Negi Haruba
Norma Editorial
Este no sería un listado respetable sin una referencia al cómic japonés y mejor si se trata de un one shot (cómic en un tomo). Goodbye Eri es un manga único tanto por contenido como por forma. A partir de los últimos días de vida de la madre del protagonista (Yuta), el respetado autor de Chainsaw Man (Fujimoto) nos presenta una historia que crea una fuerte conexión emocional del lector con el relato. La excusa de rodar una película se convierte en el hilo conducto sobre el que se desarrolla la trama.
Lo que hace de Goodbye Eri una novela gráfica destacada nace de la forma en que los autores diseccionan cómo el arte visual producido con teléfonos inteligentes puede, en última instancia, ser una fuerza que rompa las barreras entre las personas, en lugar de ser un vehículo para la alienación. Una historia bellamente elaborada sobre la complejidad de los medios de comunicación en el mundo actual.
9. Por culpa de una flor
María Medem
Apa Apa Cómics/Blackie Books
Un cómic singular con el asombroso poder terapéutico de la cromoterapia. La magnífica labor editorial permite zambullirse en el colorido universo que María Medem dispone en Por culpa de una flor. Más allá de la sencilla trama, el relato gira alrededor de la conexión vital entre la protagonista (Antonia) y el entorno natural (un pueblo vaciado en el que habitan algunos animales), en claro contraste con la vida urbana.
Esta obra reconecta al ser humano con la experiencia de los sentidos (olfato, tacto, vista, oído, si me apuran hasta el gusto). Y lo hace en tempo de adagio, mediante una personalísima apuesta visual que abraza y acuna al lector sumergiéndole en un baño sanador, confrontando la paz interior con la melancolía a través del conflicto de descubrir y descubrirse.
De aquí se sale rejuvenecido, inspirado por el efecto balsámico de imágenes que nos transportan a tiempos pasados y la certeza de que la vida merece ser vivida. Como si hubiéramos vuelto a la niñez.
10. Contrition
Carlos Portela y Keko
Norma Editorial
Thriller áspero e incómodo, que pone encima de la mesa cuestiones éticas de calado: la reinserción de delincuentes sexuales. La trama, hilvanada sobre el trasfondo de una investigación, se desenvuelve sobre dramas personales y sed de justicia. No hay concesiones al lector: crudeza, realismo y una aproximación humana a un tema complejo.
Guión plagado de buenas ideas y un dibujo rotundo consiguen mantener la tensión durante toda la obra, con un relato que se desliza viscosamente atrapando la atención y sembrando preguntas.
La puesta en escena contribuye a transmitir la complejidad del tema a través de la densidad visual de las viñetas, en un contundente blanco y negro que evita barroquismos y fuegos de artificio. La combinación de fotografía e ilustración aportan aún más intensidad a uno de los cómics nacionales más interesantes del año.