'Historia universal de las soluciones': José Antonio Marina, en busca de la felicidad
El filósofo imagina en su nuevo libro una Academia de Talento Político, al tiempo que aborda dilemas éticos, el poder y sus límites, el sexo o la familia.
28 febrero, 2024 02:21Escribió Rafael Sánchez Ferlosio que lo “más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere”, y el filósofo José Antonio Marina (Toledo, 1939) parece haber recogido el guante de ese misterio para componer una historia universal mirada desde el prisma, precisamente, de las soluciones.
En el presente ensayo, el filósofo habla de la necesidad de construir una "cultura de las soluciones", especialmente para encontrar aquellas relativas a problemas colectivos. Para ello se sirve del recurso narrativo de imaginar la creación de una Academia de Talento Político, para la que habrá que establecer programas y pedagogías.
Y, si hay necesidad de soluciones, es porque hay problemas. Demasiados. Se trata, por tanto, de un buen ángulo desde el que observarlo todo, como gusta hacer a Marina, y como nos gusta leer a sus lectores.
Como se recuerda en los primeros capítulos, el ser humano está impulsado por un ímpetu, el conatus spinoziano, que le lleva a traspasar sus límites, en una sed de aventuras que, por su propia naturaleza, va generando retos o problemas que impulsan al ser humano a idear soluciones. Siendo así, tiene razón Popper cuando dice que “la vida consiste en resolver problemas”.
Pero lo que para unos es un problema que requiere de soluciones urgentes, puede no serlo para otros. Marina se detiene en ese elemento de ambigüedad, y pone como ejemplo el procés: lo que para una mitad de Cataluña fue algo más que un problema, para casi la otra mitad supuso el intento de reconquista de derechos perdidos. De ahí que la naturaleza de los problemas sea esencialmente política, además de mutante.
Este libro cumple su objetivo, porque uno sale de su lectura reflexionando sobre cosas que daba por sentadas
Marina señala con acierto la forma en que hemos producido y consumido hasta ahora, cuando se ha desvelado insostenible. Una constatación que impulsa al ser humano a la búsqueda de fuentes de energía renovables y hábitos sociales e industriales menos contaminantes.
Hay, por supuesto, aporías: problemas irresolubles, contradictorios, cuyos intentos de abordarlos son imperfectos, pero en cuya búsqueda de la solución pueden hallarse caminos inexplorados en los que el ser humano descubre vías posibles para otros problemas. Esa es, en esencia, la historia de los descubrimientos científicos.
Y por último, los problemas son también personales: “La vida humana amplía el repertorio de problemas, porque a los objetivos comunes a todos los seres vivos añade otro más ambicioso y vago, que podemos llamar ‘búsqueda de la felicidad’, el gran motor de la historia humana”, escribe Marina.
Son muchos los problemas en los que Marina aterriza su erudición contagiosa y siempre grata de leer. Así, aborda dilemas éticos, la relación del individuo con la tribu, el poder y sus límites, el sexo y la familia, el trato a los vulnerables y a los extranjeros, la religión… Y, cómo no, el problema por antonomasia: la muerte.
No da Marina respuestas, pero alumbra la naturaleza de los problemas, los examina para que, una vez bien diagnosticados, la fase de las soluciones resulte no solo más sencilla, sino mucho más consistente en la búsqueda del bien común y la felicidad. Este libro cumple su objetivo, porque uno sale de su lectura reflexionando sobre cosas que daba por sentadas. No para cambiar de opinión, sino para saber por qué creemos en las soluciones que defendemos. Y, si no, para buscar otras.