'Medir las palabras', de Pedro Álvarez de Miranda: la divulgación de calidad de "un friki del lenguaje"
El lexicógrafo, catedrático y miembro de la RAE se desmarca del purismo a la hora de abordar cuestiones lingüísticas relacionadas con la actualidad.
5 marzo, 2024 02:05Pedro Álvarez de Miranda (Roma, 1953) reúne en su libro Medir las palabras (Espasa) varias series de artículos sobre temas lingüísticos publicados en los últimos ocho años. Catedrático de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid, experimentado lexicógrafo y miembro de la Real Academia Española, explica que, para él, medir las palabras supone “observarlas, analizarlas, calibrarlas, inquirir sus posibilidades”.
Medir las palabras se enmarca en un género de larga tradición, el de las columnas periodísticas sobre lengua. El columnismo lingüístico se remonta, según Carmen Marimón, a las últimas décadas del siglo XIX y constituye desde entonces un tipo de tradición discursiva metalingüística que puede documentar la evolución de la lengua, y del discurso sobre ella, en España. Ahora bien, a diferencia de lo que ha venido siendo habitual en ese contexto, es de agradecer que, ante las novedades, Álvarez de Miranda se desmarque del purismo lingüístico y adopte una actitud comprensiva y benevolente que recuerda a la “amplia tolerancia” que practicaba su maestro Manuel Seco.
La primera parte se titula igual que el libro y reúne las columnas que aparecieron en el suplemento cultural de El Mundo. De lectura fácil, son artículos cortos sobre cuestiones lingüísticas relacionadas con la actualidad, artículos más o menos ligeros, por ejemplo, sobre los problemas de acentuación y de género que plantea la palabra covid, el nombre de Ucrania, la polémica de los exónimos con el famoso Sangenjo/Sanxenxo de fondo o la maravilla sintáctica que supone la expresión me voy a ir yendo.
En 'Medir las palabras' está la divulgación de calidad que la sociedad espera de los estudiosos de la lengua
En la segunda parte, “Rincones de la lengua”, las columnas se vuelven algo diferentes, más extensas y a veces de temática menos general, ya que proceden de textos publicados en la revista electrónica Rinconete del Centro Virtual Cervantes (del Instituto Cervantes) a partir de mediados de 2015. Y la tercera parte, “Varia”, la componen artículos editados en diferentes medios. Todas las columnas van fechadas.
Álvarez de Miranda se presenta como un friki (o friqui) del lenguaje, y a lo largo de estas páginas demuestra hasta qué punto disfruta de su investigación. De ahí que, después de una larga carrera académica, confiese encontrarse a gusto en “el refugio de la mera divulgación”, una divulgación que no habría que calificar de mera, sino de alta, porque el autor no se limita a divulgar lo sabido, sino que aporta “datos, hechos, conocimientos, deducciones y aun reconditeces que ha sido preciso reunir y desentrañar ex profeso y ex novo”.
Quienes estén interesados en la actualidad lingüística apreciarán que Álvarez de Miranda llegue a discutir decisiones de la Real Academia Española —aunque siempre las acate— en aspectos relativos a la acentuación o a la inconsistencia de obligar a resaltes tipográficos en extranjerismos como pizza, pero no en sus derivados. Se posiciona ante el recurrente tema de los femeninos, apoyando médica, pero advierte de que, mientras alcaldesa se ha sacudido la carga de ‘mujer del alcalde’, lideresa se esté empleando con una preocupante intención misógina; registra usos verbales novedosos como el de topar, en topar precios, topar salarios, y recorre la historia de las palabras con su solvencia de lexicógrafo. Esto y mucho más se puede encontrar en Medir las palabras, la divulgación de calidad que la sociedad espera de los estudiosos de la lengua.