En Marruecos coexisten en la actualidad dos lenguas que tienen el mismo origen: el árabe clásico (fuṣḥà), referente en prácticamente todos los países árabes, y el árabe marroquí (dariŷa, εammiya o laḥŷa), la variedad propia de este país. En Marruecos, además, hay otra lengua materna que se habla en la esfera cotidiana, el beréber, que a su vez cuenta con distintas variedades. Por otro lado, el francés y el español tienen relevancia en las áreas correspondientes a los antiguos protectorados.

El libro ¡Habla árabe marroquí! es un "método para el aprendizaje del árabe hablado en Marruecos", tal y como reza el subtítulo. Su autora, Bárbara Herrero Muñoz-Cobo, forma parte del Área de Estudios Árabes e Islámicos en el departamento de Filología de la Facultad de Humanidades en la Universidad de Almería, cuya editorial se hace cargo de la publicación del libro.

Dirigido a principiantes de habla hispana, Herrero propone un manual sencillo, cuyo objetivo es interiorizar poco a poco el vocabulario básico y algunas reglas gramaticales a través de multitud de ejercicios basados en conversaciones cotidianas. Además, unas grabaciones complementarias facilitarán al alumno la comprensión oral, la pronunciación y la entonación.

El método está vertebrado por siete unidades didácticas. En la primera, los objetivos comunicativos son que el alumno sepa identificarse y expresar acciones que ocurren en el presente. Para ello se estudian a fondo los pronombres. En la segunda, se trata de preguntar por acciones que se han producido en el pasado, por lo que, sobre todo, se estudian los verbos que expresan asentimiento, afirmación o negación, así como los adverbios.



La tercera unidad didáctica está dedicada a los saludos y se trata, entre otras cuestiones, de aprender a preguntar por la edad, el aspecto y la ocupación de una persona. El género, el número, los demostrativos y las partículas interrogativas son algunos de los objetos de estudio.



La cuarta se centra en acciones como hacer o rechazar una propuesta, dar las gracias, etcétera, mientras que en la quinta el alumno podrá aprender a cambiar de tema, preguntar y decir la hora, expresar intenciones, deseos y afectos o exhortar a alguien a hacer algo. En la sexta, a ubicar objetos, lugares y personas en el espacio, dirigirse a un desconocido y expresar impresiones como sorpresa, miedo, asco, admiración, incredulidad o gratitud.



En la séptima unidad didáctica, la última, se enseña a hacer comparaciones, a preguntar por el precio de algo o a pedir una rebaja. Los grados del adjetivo, las perífrasis verbales, los adverbios y las expresiones de cantidad son algunos de los elementos de estudio.

Favorecer el aprendizaje

Cada una de las unidades didácticas se estructuran en secciones. Por un lado, se presentan los contenidos morfosintácticos y los objetivos comunicativos —algunos de ellos los hemos avanzado ya—, así como los aspectos sociolingüísticos y los campos léxicos más relevantes de la unidad. Además, se incluye un texto básico en transcripción fonológica y en grafía árabe y se proporciona un vocabulario del texto enumerado por orden alfabético y clasificado en palabras variables (sustantivos y adjetivos), invariables (adverbios, preposiciones y conjunciones) y verbos.

Por supuesto, no faltan ejercicios de comprensión oral del texto —a partir de la unidad didáctica 3— ni la traducción al español del texto básico. Se incluye, además, una explicación de los contenidos gramaticales que aparezcan en el texto y unos ejercicios en los que se practican los contenidos aprendidos y el nuevo vocabulario. Al final de cada ejercicio y cada texto de las unidades didácticas se incluye, además de las mencionadas grabaciones, un apartado dedicado a las diferencias dialectales y una notas sociolingüísticas y culturales para comprender el contexto de la lengua que se estudia.

Herrero ofrece muchos recursos para facilitar el aprendizaje. Por ejemplo, para ampliar el vocabulario —se incluyen hasta mil términos en el manual— se han introducido en los ejercicios palabras nuevas cuyo significado en español se menciona entre corchetes. Y para facilitar la memorización del vocabulario nuevo, se ha proporcionado la traducción española a continuación de cada palabra y entre corchetes. Un método sencillo para los hispanohablantes interesados en aprender el árabe marroquí.