'La vida feliz' de David Foenkinos, un 'Lost in Translation' en Seúl
- El autor, traducido a más de cuarenta idiomas, presenta una novela romántica en la que se rinde al optimismo que le caracteriza.
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David Foenkinos (París, 1974) es un novelista de talento, además de dramaturgo, cineasta y músico de jazz. Traducido a más de cuarenta idiomas, sus lectores se cuentan por millones. Obtuvo el Premio Roger-Nimier 2004 por El potencial erótico de mi mujer; con La delicadeza quedó finalista de los más prestigiosos premios franceses; ganó el Renaudot y el Goncourt des Lycéens en 2015 con Charlotte, inspirada en la vida de Charlotte Salomon, una escritora judía alemana, asesinada por los nazis a los 26 años en el campo de Auschwitz.
Tanto La delicadeza como La biblioteca de los libros rechazados han sido llevadas al cine, la primera codirigida por David Foenkinos y su hermano Stéphane, y la segunda con la dirección de Rémi Bezanón. Es un autor que se identifica con los profesionales urbanos que entran en crisis en el amor y ante la situación que les ha tocado: la posibilidad de huir de lo real para tomar otro rumbo está siempre en el horizonte.
La vida feliz es una novela de filiación romántica, como otras del autor. El amor y el desamor en las sociedades modernas, sociología urbana y personajes en crisis, forman parte del estilo Foenkinos. También la reinvención de una existencia tras un batacazo. Héroes confundidos que no saben qué hacer con su vida y que de pronto tienen una revelación existencial.
Este es el caso de Éric Kherson, el protagonista de La vida feliz. Kherson es un brillante directivo de la empresa Decathlon en la crisis de los 40. Separado de su esposa, renunció a la custodia compartida y apenas ve a su hijo. En este momento de su vida siente que nada tiene sentido. Por un grupo de Facebook del instituto, Amélie Mortiers, alto cargo en el Ministerio del Exterior, excompañera de secundaria, le contrata para colaborar con ella y atraer a grandes empresas extranjeras a Francia.
David Foenkinos promueve la vida y el goce a través de personajes con incapacidades de adaptación
Apenas recuerda a Amélie, pero se deja convencer para entrar en su equipo. Si Éric es invisible, eficaz y silencioso, Amélie es hiperactiva, aficionada a lucirse con su marido y sus dos hijas en Instagram y se siente la mujer imprescindible de los políticos.
Lo más interesante de la historia empieza en el viaje que ambos hacen en 2020 a Corea del Sur, para conquistar a una importante empresa tecnológica coreana. En una noche libre por Séul Éric le pregunta a su colega:
–¿Has visto Lost in Translation, de Sofia Coppola?
–Por desgracia, no.
–Deberías, es preciosa. Bill Murray y Scarlett Johansson se conocen en Tokio. Dos soledades en un lugar en el que no entienden los códigos.
La clave de la novela de Foenkinos está ahí, en esas dos soledades perdidas en Seúl. Lo más intenso de la ficción comienza esa noche: la extraña desaparición y reaparición de Éric, dando al traste con las reuniones importantes. El giro que da la novela en esas divagaciones nocturnas del personaje es el inicio de una transmutación y resurrección.
El negocio Happy Life que esa noche encuentra Éric será el misterio que más tarde entenderá la indignada Amélie Mortiers por la deserción de su compañero. Un negocio de funerales ficticios, entre pseudopsicología y fantasía, ayuda a los vivos a recrear su propia muerte.
La vida anterior de Éric, el trauma de la muerte de su padre, las malas relaciones con su madre y el distanciamiento con su hijo, tomarán otro rumbo. Una nueva personalidad le permitirá renacer. Lo que sucede en su regreso a Francia será el lector quien lo descubra. Foenkinos siempre promueve la vida y el goce a través de personajes con incapacidades de adaptación. A veces puede resultar naif o demasiado optimista, pero sus millones de seguidores aprecian su ligereza, su romanticismo y sus finales felices.