De izqda. a dcha., David Lyon, Huston Smith y Slavoj Zizek
En pocas etapas de la historia las editoriales comerciales han dado tanto pábulo a los asuntos religiosos. Como muestra, tres botones. El libro de Zizek es el más profundo y complejo; se trata de un ensayo de psicología colectiva, deudor en gran medida del psicoanálisis cristiano de Lacan, Schelling y otros muchos. El de Smith es el más religioso, en lo que se refiere al método; Huston es un estudioso de las religiones y reflexiona sobre ellas. El título del libro de Lyon no puede ser más desafortunado; prepara al lector para algo trivial y luego se topa con una reflexión sociológica de no escaso interés.
El punto de partida de los tres es el mismo: la novedad de nuestra postura -la de la cultura occidental de hoy en día- ante lo religioso. Lyon se refiere principalmente al cristianismo; Zizek, al cristianismo y al judaísmo; Smith, a cualquier religión. Los tres parten de la base de que las viejas formas de acercamiento a Dios van siendo barridas por la cultura consumista y tecnológica y los tres coinciden en advertir que vale la pena evitarlo. Los tres, en efecto, llegan -de muy distinta forma- a esta última conclusión. Huston lo hace abierta y francamente; Zizek, en cambio, arranca del conflicto de la antigua Yugoslavia para ir adentrándonos lenta, casi sinuosamente, en la complejidad psicología de nuestra cultura, completamente al margen -parece- del hecho religioso, para, de pronto, sumergirnos en él como en una respuesta adecuada a lo que nos preocupa en la cultura actual. (La verdad es que ya nos lo había advertido con el subtítulo del libro: "¿Por qué merece la pena luchar por el legado cristiano?"). En cuanto a Lyon, niega -sencillamente- la mayor: no acepta que estemos en una cultura secularizada. él -como Huston y Lyon- ve las claves de la cultura actual en los dos pilares que ya he señalado, la tecnología y el consumo. Pero asegura -y prueba- que la insaciabilidad de los hombres antes las preguntas trascendentales ha terminado por generar respuestas nuevas pero no menos "religiosas" que las antiguas. Si Disneylandia es el paradigma de la cultura de hoy, resulta que Jesús se ha introducido en Disneylandia. Hay "consumo" también de religiones -aduce- e incluso un consumismo religioso. En este sentido, el libro de Huston es el más tradicional: es una puesta en guardia -una más- ante la fe en la ciencia como sustituto de la religión (un viejo y decimonónico problema, aunque es cierto que sigue en pie); Lyon le da a esto una pasada por la izquierda: lo que ocurre, viene a decir, es que la sociedad científica ha generado también religiones; no hay conflicto, por tanto. En el fondo, los tres parten tácita o explícitamente de la base de que los seres humanos siguen preguntándose por el sentido de su existencia, por el de dónde y a dónde nos encaminamos; cosa, por cierto, que se empeñan en negar otros, una y otra vez, y, probablemente, todos tienen razón. Quiero decir que las preguntas trascendentales siguen ahí y, al mismo tiempo, se ha generado una especie de anestesia ante ellas, como si fueran acertadas pero fuera mejor evitarlas. Ninguno de los tres las evita. Pero las afrontan no sólo con método y enfoque, sino con talante muy diferente: Huston es el más sencillo de leer (y el más convencional); Zizek es el más difícil, con mucho; Lyon es el menos satisfactorio. Viene a decirnos cómo ven los hombres nuevos a Dios, siendo así que Zizek advierte que lo verdaderamente preocupante es cómo ve Dios a los nuevos hombres (y cómo va a actuar para atraérselos, se supone).