Image: Alcalá-Zamora, un liberal en la encrucijada

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Ensayo

Alcalá-Zamora, un liberal en la encrucijada

Julio Gil Pecharromán

21 julio, 2005 02:00

Alcalá-Zamora. Foto: Archivo

Síntesis. Madrid, 2005. 422 páginas, 23’50 euros

Alcalá-Zamora (1877, Priego de Córdoba-1949, Buenos Aires), primer presidente de la segunda República española y, anteriormente, un destacado político del Partido Liberal durante el reinado de Alfonso XIII, no había tenido suerte, hasta ahora, con su imagen histórica.

Sus memorias no se publicaron hasta 1977, cuando ya llevaban muchos años en el mercado los testimonios de otros personajes (Azaña, Gil Robles, Lerroux) que le dejaban en muy mal lugar. Se trataba, además, de un segundo texto de memorias porque el primero, que había dejado en la caja de seguridad de un banco madrileño cuando abandonó España, a primeros de julio de 1936 -para unas cortas vacaciones que se transformarían en un largo y penoso exilio- fue expoliado y publicado durante la guerra de forma fragmentaria y tendenciosa. Parece que Carrillo podría contar cosas sustanciosas sobre este episodio. Tampoco el personaje suscitó excesivo interés hasta fecha reciente, cuando sus paisanos de Priego constituyeron un patronato que se encargó de la recuperación de su legado intelectual, plasmada en la aparición de numerosos volúmenes de sus obras completas. Relacionada con esa renovación del interés por Alcalá-Zamora fue la aparición, hace tres años, de dos biografías no plenamente satisfactorias, ya fuera por su excesivo esquematismo (Peña), ya fuera por la escasa familiaridad del autor (Alcalá) con los estudios de historia política contemporánea.

Gil Pecharromán es un excelente conocedor de la historia política española del primer tercio del siglo XX y, muy especialmente, de los sectores políticos conservadores que actuaron en los años 30. También es un excelente biógrafo como ya había acreditado con su ponderado José Antonio Primo de Rivera (1996). En esta biografía, que se ajusta a la voluntad editorial de ofrecer estudios de alta divulgación que no estén agobiados por la exhibición de aparato crítico, Gil Pecharromán ofrece una visión completamente renovada del político prieguense, pese a la dificultad que supone la casi completa ausencia de fondos documentales. Sólo algunas instituciones oficiales, junto con la prensa de la época, han permitido al autor reflejar la trayectoria de quien fue un alto funcionario del Estado y una figura muy relevante, desde las filas del liberalismo político, en el juego de partidos de los años del reinado de Alfonso XIII.

Su opción democrática dentro de aquel liberalismo y su decidido enfrentamiento a la solución dictatorial de Primo de Rivera le llevaron a la opción republicana, que se hizo patente en 1930. Se trató de un proyecto republicano centrista y moderado que no encontró apoyo en la situación de 1931 y que tampoco llegó a sintonizar con los gobernantes que surgieron de las elecciones de 1933. Es entonces cuando se inicia el periodo más delicado de su trayectoria política, que le ha valido las críticas de unos y otros. No se trata de una situación fácil de juzgar pero Gil Pecharromán ha salido airoso de la tarea de recuperar una figura decisiva de nuestro pasado que tiene que ser vista con una luz nueva.