Image: Filosofía. Interrogaciones que a todos conciernen

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Ensayo

Filosofía. Interrogaciones que a todos conciernen

Víctor Gómez Pin

12 junio, 2008 02:00

Víctor Gómez Pin. Foto: B. D.

Espasa. Madrid, 2008. 250 páginas, 23’90 euros

Ambicioso el propósito y excelente el resultado. Fascinante el viaje. Y todo cabe en un libro. O en una palabra: Filosofía. Pues a escrutar los mayores registros de esa venerable palabra y a disponerlos en un hermoso libro ha dedicado Víctor Gómez Pin (Barcelona, 1944) un tiempo, un esfuerzo y muchos conocimientos que se le han de agradecer.

Esa palabra -y lo que la palabra nombra-, que tiene en Grecia su origen y define allí su condición, que nos ha acompañado ininterrumpidamente a lo largo de los siglos, que ha sido no sólo testigo sino también protagonista de alguna de las transformaciones mayores de la historia y de la cultura, es glosada por Gómez Pin desde el mismo subtítulo de su obra: interrogaciones que a todos conciernen. Y no se trata de una maniobra del autor sino de una tesis fuerte del libro. Y una tesis que se di-vierte en dos: lo importante, o el verdadero reto de la filosofía consiste en la pregunta, en la interrogación; y todo humano, por su condición de tal está convocado a esa ceremonia de la lucidez, a esa dignidad de la razón que en la interrogación se expresa. Que ciertas condiciones sociales hagan imposible la asistencia a esa llamada hacen de la tesis de Gómez Pin una genuina denuncia política que atraviesa todo el libro.

Ejercicio de la pregunta en pos de la lucidez. Y preguntas que son, en todos los sentidos del término, elementales; como la que formula una niña que se sorprende perseguida por su propia sombra. Ese tipo de preguntas elementales, que mana de la extrañeza, ha sido el acicate de la ciencia. Y el punto de partida de la interrogación radical de la filosofía. Preguntas ante el hecho diferencial humano, o desde el lenguaje hacia el propio lenguaje, interrogación que pregunta por la vida, o interrogación del que observa el orden del cosmos y se sorprende ante él. Pero interrogación también por las normas de comportamiento, por el vivir juntos.

Ciertamente esas preguntas dan lugar a una enorme diversificación de saberes, de ciencias. El lector de Gómez Pin comprobará cómo desde una fuente común (no elegida al azar) cuyo nombre es Aristóteles muchos de esos arroyos comenzarán a segregar su inmenso caudal. La tesis del autor, defendida con soberbio rigor, es que todos esos saberes forman parte del "equipaje del filósofo". Tanto los conocimientos que habitualmente se adscriben a la ética y a la política, o a la estética y las ciencias del lenguaje como los que forman parte de la matemática, la biología, la física: nada en el conjunto de los saberes es ajeno a la filosofía. Queda para la filosofía el sutil arte de las transiciones, el delicado arte de establecer las relaciones, o de recordar los vínculos, las intersecciones. O, lo que es lo mismo, el cometido de dar sentido a las múltiples aventuras del conocimiento, a las múltiples aventuras de la ciencia, o , más aún, a los diversos usos de la razón.

Gómez Pin muestra que la filosofía no es, y no ha de ser, un mero saber especializado: un diálogo cerrado con su propia historia disciplinar. La interrogación filosófica se nutre del modo de preguntar y de responder de todos los ámbitos del conocimiento. Pero no olvida que lo que está en juego es la dignidad del humano: una dignidad que mucho tiene que ver con un conocimiento no parcializado por la especialización. En ese sentido, y en muchos otros, Gómez Pin no sólo entrega una magnífica propuesta filosófica sino una oportuna reivindicación de la filosofía: frente a una sociedad que la ignora y frente a unas instituciones académicas que, cada vez más, la obstruyen.