Image: Saber gozar. Estudios sobre el placer en Platón

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Ensayo

Saber gozar. Estudios sobre el placer en Platón

Beatriz Bossi

20 noviembre, 2008 01:00

Trotta. Madrid, 2008. 303 páginas, 17 euros

Por extraño que pueda a primera vista parecer, si algo caracteriza a los clásicos es precisamente su actualidad. O lo que es igual, su capacidad para alimentar duraderamente nuestra imaginación y ofrecer respuestas a nuestros interrogantes básicos. Desde este supuesto, y con la mirada puesta en el desasosiego moral de nuestro tiempo, sometido a la primacía de la técnica, de la imagen, de la velocidad y de la eficacia de los resultados, la filósofa Beatriz Bossi (Buenos Aires, 1957) nos propone una lectura renovada de Platón que privilegia su enfoque de las condiciones y requisitos de una vida buena o, si se prefiere, feliz. De las condiciones, en suma, de ese objeto privilegiado del deseo humano que fue y es la felicidad y, coherentemente con ello, de la naturaleza del bien. Y al hacerlo socava radicalmente la tradicional concepción de Platón como un dualista radical, proclive a despreciar lo sensible en nombre de la excelencia suprema de lo inteligible. Lo sensible en Platón sería, por el contrario, para Bossi, indispensable en el ascenso a lo inteligible y portador de significado en la medida en que participa de él. Lo que lleva a la autora a replantear radicalmente la cuestión del hedonismo en Platón.

"Contra lo que pueda parecer", escribe, "el tema del placer en Platón es un nudo neurálgico que se sitúa en un amplio contexto de asuntos capitales… entre otras razones porque la educación en el placer adecuado es la base sobre la que puede levantarse, o no, un proyecto de excelencia personal o política".

El placer, que es un bien, del mismo modo que el bien es placentero en cuanto fuente de serenidad y liberacion de los conflictos internos es, pues, asumido por Platón como un ingrdiente esencial , junto con el conocimiento, de una vida plena. Nada más lógico, pues, que la elevación del bien por la autora a eje central de su obra, un bien que consiste esencialmente en orden, que trae placer medido y es, por todo ello, la verdadera raiz de la feleicidad. La conexión que Platón establecer entre el ser y el bien que, desde luego, muy lejos de nosotros. Pero es evidente que aún podemos aprender entre mucho de esta apelación al placer verdadero medio por la sabiduría. Así como de la íntima conexión que Platón establece entre el buen obrar moral y el irle bien a uno, entre el hacer las cosas bien, si se prefiere, y el tener suerte o éxito.