Dykinson. Madrid, 2010. 487 páginas, 39 euros.



Cine y ciencia son los pilares sobre los que se construye este trabajo. Y religión, se podría añadir, porque los autores, ya desde el principio, no ocultan sus creencias y posiciones morales en asuntos como la clonación, el aborto, la eutanasia o la praxis médica. Y es de agradecer esta claridad de planteamiento porque por sus páginas, con casi veinte películas de fondo, aparecerán todo tipo de encrucijadas, desde la enfermedad terminal a la relación médico-paciente pasando por una infinidad de aspectos deontológicos y bioéticos de actualidad.



No se trata, sin embargo, de la utilización de películas como Alguien voló sobre el nido del cuco, El doctor, Coma, En estado crítico, Mash o Million dolar baby para exponer estas cuestiones, hay una indagación cinematográfica, una vocación por profundizar en cada uno de los títulos y en cada uno de sus directores, desde Sidney Lamet a John Ford, Clint Eastwood o Robert Altman. Y es en esta estructura donde se refugia la originalidad de una obra por la que transitan y conviven también nombres como los de Pedro Laín Entralgo y Oliver Sacks.



Las aportaciones del jurista Francisco Soto -arropando el texto con un amplio repertorio normativo que no excluye el Juramento de Hipócrates- y del periodista Francisco J. Fernández -a través de un documentado, casi enciclopédico, recorrido cinematográfico- consolidan un libro tejido entre la crítica cinematográfica y la reflexión científica, entre la pasión por el cine y la fe religiosa -el Dios del título circula sin complejos por buena parte de las referencias argumentales-, entre la complejidad de los problemas morales y su manifestación en el orden jurídico.