Xosé Fortes. Foto: Caixa Galicia

Destino. Barcelona, 2011. 328 páginas. 20 euros



El subtítulo del libro -Batallas perdidas de un capitán de la Unión Militar Democrática- complementa perfectamente con su precisión lo que el título, atractivo pero vaporoso, deja en el aire. El lector hallará en efecto las memorias de Xosé Fortes Bouzán (Cotobade, Pontevedra, 1934), uno de aquellos oficiales que, en los estertores de la dictadura, fundaron una agrupación clandestina de militares demócratas en el seno del anquilosado ejército franquista. En aquel tiempo -aún vivía el Generalísimo, pero la vecina "revolución de los claveles" parecía abrir una puerta al futuro- muchos españoles pusieron sus esperanzas en un cuarteamiento de las fuerzas armadas, antes de que la transición discurriera por otros cauces bien distintos.



El punto de partida de este relato es el momento de la detención (29 de julio de 1975): como dice el propio protagonista de los hechos, llamaron de madrugada y, dado que el franquismo no era una democracia, no resultó ser el lechero, sino un comandante al mando de un grupo de militares, policías y guardias civiles con una orden de arresto y registro de la vivienda. La irrupción no constituía una sorpresa porque el grupo de militares demócratas -muy minoritario, por otra parte- estaba completamente controlado por los eficaces servicios de información de la dictadura.



La narración se retrotrae desde el momento del arresto a los "años de formación", con el fin, como argumenta el autor, de "explicar cómo un oficial del ejército, formado en pleno franquismo, había llegado a convertirse en un peligro para el propio régimen". Fortes detalla las lecturas de juventud, analiza críticamente su paso por las Academias militares y reconoce que, como joven teniente, aunque había perdido la fe, no llegaba a cuestionar el régimen al que servía. Esto vendría más adelante. Pudo contribuir la exasperante monotonía de la vida de guarnición o la falta de expectativas profesionales, pero lo más importante fue una maduración intelectual y política que, tras su paso por la universidad, se concretó ya en los 70 en una apuesta por la instauración en España de un sistema democrático homologable al de los países europeos de nuestro entorno.



En aquellas circunstancias quien mantenía públicamente tales opciones era señalado como "rojo" y, más aún, en el seno de una institución ideológicamente tan fosilizada como las fuerzas armadas, terminaba por sufrir la vigilancia y el acoso de sus pares. Así lo especifica Fortes, dando cuenta de una serie de medidas, entre lo ingenuo y lo grotesco, que llevaron a su aislamiento de la mayor parte de sus compañeros. Paralelamente se produce la convergencia con el sector minoritario de uniformados que ve en la democracia la salida a los males hispanos, un proceso que lleva en el verano de 1974 a la fundación de la UMD.



Al tiempo que el autor desgrana estos recuerdos, va introduciendo otros capítulos que consignan las vicisitudes que siguieron a su detención: el encarcelamiento, los interrogatorios, los acontecimientos que jalonaron el final de la dictadura o las expectativas en aquel difícil trance, todo ello en un tono sencillo, casi coloquial, sin cargar las tintas ni atribuirse un protagonismo excesivo.



Al fin llegó el Consejo de Guerra en Hoyo de Manzanares y las condenas, que luego no resultaron ser tan penosas porque, en consonancia con el nuevo horizonte que se abría tras la muerte de Franco, los miembros de la UMD fueron indultados, aunque no consiguieron que se les restituyera a sus puestos anteriores. La amnistía propiamente dicha y, con ella, el reconocimiento, no llegaría hasta 1986. Sólo tres "úmedos" decidieron reingresar en el ejército. Puede decirse así, siguiendo al autor de este libro, que acababa con una parca victoria una agitada trayectoria jalonada de derrotas.