Cartel de una de las versiones cinematográficas de Don Juan Tenorio



Desde el nacimiento mismo del cinematógrafo, el teatro y la novela ofrecieron al nuevo arte sus fondos y recursos argumentales. Hasta hoy mismo, son incalculables los miles de préstamos que la literatura ha hecho al cine, con el consiguiente resultado de popularizar y mantener vigentes piezas teatrales y relatos. También con la polémica sobre si las películas hacen justicia o no a sus precedentes grandes obras literarias y la manifiesta realidad de que, en muchas ocasiones, el cine difunde y mejora textos de escasa relevancia. Por encima de todo, la novela y el teatro dotaron al cine de estructuras y lenguajes narrativos de los que éste -salvo en filmes de vanguardistas- no se ha liberado.



Después de pioneras aportaciones de críticos de cine como Luis Gómez Mesa (1978) y Luis Quesada (1986), el estudio de las relaciones entre la literatura y el cine españoles se ha trasladado significativamente, con las debidas excepciones, al campo de los especialistas universitarios: Ríos Carratalá, Utrera, Urrutia y, entre otros, el propio Juan de Mata Moncho Aguirre.



Ahora, por fin, existe ya una abundante bibliografía sobre el tráfico entre la literatura y el cine españoles, con dos importantes y recientes aportaciones de Carlos F. Heredero: su edición y coordinación para "Cuadernos de la Academia" (2001) de La imprenta dinámica. Literatura española y cine español y, en colaboración con Antonio Santamarina, Biblioteca del cine español (Cátedra/FE, 2010).



El cine español, según cuantifica escrupulosamente Moncho Aguirre, ha hecho 542 adaptaciones de obras teatrales de autores españoles. La exhaustiva compilación de Teatro capturado por la cámara incluye la etapa del cine mudo y repasa a los dramaturgos adaptados al cine desde -y después de Séneca- el teatro medieval hasta hoy mismo.



En la segunda parte de su libro, Moncho Aguirre hace el inventario de alrededor de 300 autores, consigna el perfil y las características de su producción teatral y, a continuación, incluye un comentario sobre el resultado de cada una de las adaptaciones a la pantalla de las obras del dramaturgo, con la ficha técnico-artística correspondiente de cada película y una valoración codificada. Un trabajo exhaustivo, de un interés y utilidad manifiestos. Moncho Aguirre ofrece unos cuadros sinópticos con el listado de los autores y las piezas teatrales más veces llevados al cine. Para curiosidad del lector diremos que Carlos Arniches (63 veces) es el autor más adaptado, y Don Juan Tenorio (25 versiones), la obra trasladada a la pantalla en más oportunidades. Las cifras incluyen las adaptaciones llevadas a cabo en el extranjero, donde se observa el interés destacado del cine mexicano y argentino por el teatro español.



El libro, con numerosa bibliografía y con conclusiones esclarecedoras al final de cada bloque, ofrece en su primera parte un panorama histórico general, por tramos, de las relaciones entre el teatro y el cine españoles. A continuación, despliega una tarea importantísima consistente en radiografiar las coordenadas y factores de las traslaciones de la escena a la pantalla para terminar estableciendo una meticulosa tipología de las adaptaciones del teatro al cine en España. Esta concienzuda tipología se yergue ya como una nomenclatura clasificatoria y de análisis de referencia insustituible. El libro dse constituye, pues, como un instrumento de uso obligado, por su idoneidad teórica y por su recuento histórico y documental, para el conocimiento de las relaciones entre el teatro y el cine en España.