Image: Europa. La última oportunidad

Image: Europa. La última oportunidad

Ensayo

Europa. La última oportunidad

Martin Schulz

6 diciembre, 2013 01:00

Martin Schulz

Traducción de Richard Gross. RBA. Barcelona, 2013. 336 páginas, 21 euros

Todo político que trata de ganarse la confianza de los ciudadanos está obligado a construir un discurso atractivo y a menudo lo hace a expensas de su coherencia lógica. Ante el reto que supone gobernar, se enfrenta a la tarea de realizar una política coherente, dentro del escaso margen de maniobra que con frecuencia impone la realidad y sin renunciar a ese discurso tan atractivo: poco menos que la cuadratura del círculo, sobre todo en tiempos de recesión. La tarea del estudioso y del intelectual es mucho más clara: su deber es analizar con rigor los problemas y denunciar las incoherencias de las soluciones propuestas, un trabajo de auténtico aguafiestas.

El socialdemócrata alemán Martin Schulz (Eschweiler, 1957), actual presidente del Parlamento Europeo, es un político que se enfrenta a un enorme desafío, ya que es el probable candidato del Partido Socialista Europeo a la presidencia de la Comisión Europea, un cargo que en adelante se cubrirá a propuesta de los jefes de Estado y de Gobierno, pero mediante votación en el Parlamento Europeo. Esta novedad, introducida en el tratado de Lisboa, es uno de los factores que otorgan relevancia a las elecciones europeas del próximo año, pero lo fundamental es que la Unión Europea se encuentra en un momento crucial de su historia, enfrentada a la crisis más grave desde que hace más de medio siglo se inició el proceso de integración. Conviene por tanto leer detenidamente las propuestas que Martin Schulz hace en Europa: la última oportunidad, un libro, hay que decirlo de entrada, bien escrito y que aborda de lleno los dos grandes dilemas del momento actual: Estado del bienestar frente a neoliberalismo y profundización en la integración europea frente a retorno a las políticas nacionales. Lo hace, apenas es necesario decirlo, desde una perspectiva socialdemócrata y europeísta.

Schulz no sería un político si no echase balones fuera: la necesidad de que el discurso sea atractivo lo impone. Por ejemplo, tiene que mostrar su verdadero espanto ante la muerte de tantos inmigrantes que se ahogan en el Mediterráneo intentando alcanzar nuestras costas, un sentimiento que comparte todo ciudadano decente, pero ha de reconocer que la solución de los problemas del mundo no está en abrir plenamente nuestras fronteras, una medida que muy pocos euro-peos estarían dispuestos a apoyar de verdad, así es que sólo le queda eludir el problema mediante apelaciones genéricas a la cooperación al desarrollo. Más grave es la incoherencia de denunciar, por un lado, que el proteccionismo europeo es un obstáculo a las exportaciones de los países en desarrollo y pedir, por otro, enérgicas medidas para impedir que las empresas muevan sus fábricas hacia países con menos costes laborales y conocida explotación infantil. ¿Queremos más o menos proteccionismo? En aras del atractivo del discurso, lo mejor es eludir el dilema.

Con todo, creo que en el libro de Schulz los puntos fuertes pesan más que las incoherencias. Su argumentación me parece especialmente interesante respecto a dos cuestiones esenciales a menudo mal comprendidas: las ventajas competitivas de Europa frente a potencias emergentes como China y los costes que supondría el abandono del euro y el regreso hacia políticas económicas nacionales. Hoy gana terreno un escepticismo respecto a Europa sólo comparable al pesimismo respecto al futuro de España, pero la conquista económica del mundo por parte de China es tan poco probable como la secesión de Cataluña, y la ruptura del euro sería tan conveniente para los intereses de Alemania o España o la propia Unión Europea como la secesión de Cataluña lo sería para todos.

Las páginas de Europa. La última oportunidad en que Martin Schulz examina las consecuencias negativas que tendrían el abandono del euro y el retroceso en la integración europea constituyen una lectura muy recomendable para todo ciudadano que se plantee qué hacer en las próximas elecciones europeas. Y respecto a las ventajas de Europa frente a las potencias emergentes, Schulz nos recuerda que nuestra economía es sólida porque gozamos de un sistema judicial eficiente, que garantiza a los inversores extranjeros frente a arbitrariedades; de un nivel de corrupción bajo a escala mundial; de estabilidad política; de un clima de diálogo social, y de excelentes infraestructuras. En suma, estamos ante un libro inteligente y bien traducido que vale la pena leer.