Los zapatos de Unamuno fatigan los caminos de Alcalá de Henares, los Arribes del Duero, Zamora, "las tierras del Cid", San Juan de la Peña, el Peñón de Ifac, Fuerteventura, Toledo, y, en definitiva, "la España que permanece". La geografía se empapa de emociones estéticas en cada paseata, las meditaciones se abren camino en la dureza mesetaria y, poco a poco, Unamuno reivindica la sutil belleza de las tierras íberas, no tan evidente como esos paisajes de postal "que empachan pronto". Lo mismo que esta sobria y a un tiempo delicada y magnífica edición de los viajes y paisajes unamunianos que sigue siendo guía de peripatéticos y gozoso aviso para caminantes.
Viajes y paisajes
Miguel de Unamuno
21 marzo, 2014 01:00Los zapatos de Unamuno fatigan los caminos de Alcalá de Henares, los Arribes del Duero, Zamora, "las tierras del Cid", San Juan de la Peña, el Peñón de Ifac, Fuerteventura, Toledo, y, en definitiva, "la España que permanece". La geografía se empapa de emociones estéticas en cada paseata, las meditaciones se abren camino en la dureza mesetaria y, poco a poco, Unamuno reivindica la sutil belleza de las tierras íberas, no tan evidente como esos paisajes de postal "que empachan pronto". Lo mismo que esta sobria y a un tiempo delicada y magnífica edición de los viajes y paisajes unamunianos que sigue siendo guía de peripatéticos y gozoso aviso para caminantes.