Malcolm X bromea con Ali, entre una nube de periodistas, en Nueva York (1963). Foto: Archivo
Un nuevo libro, aún no publicado en español, indaga en el origen de la mutación religiosa e ideológica de Muhammed Ali: su amistad con Malcolm X. Al legendario púgil, muerto el pasado 3 de junio, no le importó arriesgar su carrera y hasta su reputación para mantenerse cerca del líder afroamericano. Malcolm X, sostienen los autores de Blood Brothers, fue en realidad el inventor de Ali. O al menos el que enterró a Clay bajo un discurso combativo y en ocasiones violento. Una amistad tan intensa como tóxica que terminó cuando Malcolm X se enfrentó a la Nación del Islam
Ya en sus años de instituto, a Cassius Clay le había intrigado la Nación del Islam. En 1962, el aspirante a los pesos pesados viajó a Detroit para escuchar a Elijah Muhammad, el "Ministro Supremo" de la Nación, y a Malcolm X.
Para los afroamericanos, la Nación representaba una alternativa militante a los piquetes, las mangueras de agua a presión y los perros de ataque. Elijah Muhammad y Malcolm desdeñaban la estrategia de no violencia de Martin Luther King, eran partidarios de la segregación y proclamaban que el hombre blanco era el demonio. ¿Cómo atrajo esta visión del mundo entre hostil y paranoica al boxeador amante de la gente financiado por un grupo de inversión blanco como un lirio?
Una de las aportaciones notables de Blood Brothers -una obra de rigurosa investigación que oscila elegantemente entre el mundo del cuadrilátero y la política racial de comienzos de la década de 1960- es su indagación en la influencia de Cassius Clay padre en la formación de las ideas de su hijo sobre la raza que hizo que la Nación del Islam lo atrajese aún más. Roberts y Smith, dos historiadores que han escrito libros sobre deporte, explican: "Cassius Clay padre contaba parábolas que servían de lecciones al joven Cassius… sobre el mundo. Todas las historias tenían el mismo tema de fondo: los hombres negros mueren después de sus encuentros aparentemente inocuos con los hombres blancos".
Cuando se conocieron, Malcolm X no sabía quién era Cassius Clay. Pero, desde el principio, "Malcolm fascinó a Clay y lo atrajo al círculo interno de la Nación". Al cabo de pocos meses, el púgil y el ministro, famoso por su frase "por cualquier medio necesario", se movían en la misma órbita.
Aunque el equipo de asesores en materia de boxeo de Clay temía que su vínculo con Malcolm y la Nación echase por tierra sus posibilidades de ganar un título, el luchador estaba hechizado. Cada vez que tenía ocasión, viajaba para sentarse a los pies de Malcolm y empaparse de su emotiva y a menudo violenta retórica. Cuando más tiempo pasaba con el pastor, "más empezó a pensar en sí mismo como un ser divino, bendecido por el poder de Alá". Cuando la prensa le preguntaba por sus influencias, a Clay le gustaba responder: "Yo me he hecho a mí mismo". Pero, en muchos sentidos, Malcolm X dio forma al hombre al que conocería el mundo entero.Ali confesaba sobre Malcolm X: "Me gustaría haberle podido decir lo que sentía. Si pudiese regresar al pasado, no le daría la espalda"
Al igual que Ali, Malcolm X era una persona carismática con ardientes ambiciones. Había sido presidiario y fue fiel a Elijah Muhammad, al menos hasta que se enteró de que este había tenido múltiples romances y un montón de hijos fuera del matrimonio, y que había utilizado los fondos de la Nación del Islam como su cuenta corriente personal.
Malcolm se enfrentó a Elijah y más tarde hizo públicos los pecados de su padre espiritual. El que en otro tiempo se creyó que sería el heredero natural no tardó en ser considerado un traidor. Se prohibió a los miembros de la Nación, Ali incluido, que se relacionasen con él. Malcolm, que "había visto imágenes espantosas de negros apaleados por los vengadores de Muhammad" se dio cuenta de que "nadie sobrevivía a la ira del Ministro Supremo". Hacia 1964, se había convertido en un muerto viviente.
A la desesperada, intentó utilizar su amistad con Ali como palanca para su rehabilitación. Pero el valor en el deporte no siempre se traduce en valor en la vida. Ali le cerró la puerta a su mentor. Los autores concluyen: "Cuando Ali expulsó a Malcolm de su vida, reveló una faceta nueva de sí mismo… un lado más iracundo y cruel que desarrollaría cada vez más en los años siguientes".
En febrero de 1965, Malcolm -que ya no era un separatista racial- fue asesinado. Décadas después, Ali confesaba: "Me gustaría haber podido decirle a Malcolm que lo sentía, que tenía razón en muchas cosas… Si pudiese regresar al pasado y repetirlo, nunca le habría dado la espalda".