Timothy Snyder
El último libro de Timothy Snyder (Ohio, 1969) podría parecer menor, o en todo caso circunstancial en su indispensable obra ensayística, pero conviene leerlo con cuidado. Sobre la tiranía es un libro breve, sintético, sobre los peligros del populismo. Nace de una indisimulada preocupación del autor con la frágil situación de la democracia en países como Rusia, Hungría o Polonia, y sobre todo de su rechazo frontal, sin paliativos, al magnate que ocupa hoy la Casa Blanca, a quien considera un verdadero peligro para la convivencia. Desfilan por aquí los mesianismos nostálgicos, los repliegues nacionalistas, la posverdad o la nueva propaganda, frente a lo cual Snyder elabora una lista de consejos que van desde lo puramente político ("Defiende las instituciones") hasta lo cultural ("Distánciate de Internet. Lee libros").
Pero no es tan superficial como parece. Cada consejo va acompañado de un ensayo, podríamos decir, de "política comparada", que busca no tanto forzar la equiparación como sintetizar el pasado para que el lector aventure sus correspondencias. El resultado es estimulante.
La historia nos sirve de advertencia, dice Snyder. Los padres de la Constitución norteamericana debatían sus cláusulas —esa archifamosa contra la tiranía— con un libro de Aristóteles sobre la mesa. Las expectativas de progreso de finales del XIX corren en paralelo a las de principios del XXI; entonces surgieron unas ideologías de masas que también reaccionaron a la globalización, y se maltrató la lengua hasta ponerla al servicio de las ideologías dominantes, como dejó explicado Victor Klemperer. "No somos más sabios que los europeos que vieron cómo la democracia daba paso al fascismo, al nazismo o al comunismo durante el siglo XX", escribe el historiador.
El lector de Snyder, autor junto a Tony Judt de Pensar el siglo XX, reconocerá aquí y allá sus conocidas tesis históricas, como la de que el Holocausto se produjo sobre todo en las zanjas de Europa oriental: esto le sirve para aconsejar a policías y militares que "sean reflexivos" si tienen que ir armados, y que no abandonen nunca la ética profesional. Aunque aquí cabría responderle: ¿y qué pasa si la ética cambia, como ocurrió durante el Tercer Reich?
Hay un artículo antológico sobre la importancia de la verdad, que termina, rotundo: "La posverdad es el prefascismo". El libro es como una larga columna de opinión, pero de periódico anglosajón: inteligente, asociativo, arbitrario, exagerado a veces, provocador a menudo y con un estilo al servicio siempre de las ideas.