Image: Mi abuela no se acuerda de mi nombre

Image: Mi abuela no se acuerda de mi nombre

Infantil y juvenil

Mi abuela no se acuerda de mi nombre

Rodolfo Esteban y Mai Egurza

8 junio, 2012 02:00

Dibbuks, 24 pp., 12 e. (A partir de 9 años)

Impulsados por un instintivo afán de protección tratamos a veces de mantener al niño ajeno a ciertas realidades que sabemos le serán dolorosas. Pero, ¿resulta verdaderamente conveniente hurtarle la tristeza cuando irrumpe en nuestro quehacer cotidiano? Puede que, entonces, el cuento se transforme en una de las mejores herramientas posibles para abordar algunas temáticas que, como es el caso de la enfermedad, han sido poco transitados por las ficciones infantiles.

Con la sensibilidad de quien ha vivido la historia en primera persona, el escritor Rodolfo Esteban nos traslada hasta la mirada atenta de una niña que descubre cómo el temible alzheimer va desdibujando los recuerdos de su encantadora abuela: de los primeros despistes de la anciana a los descuidos de mayor envergadura -como aquella noche que pretendió marchar caminando hasta el pueblo en bata y zapatillas-. Sin embargo, lejos de todo dramatismo, el pequeño lector esbozará una sonrisa ante el amable desparpajo con el que se describen los aconteceres de una enfermedad que desafía cualquier norma de corrección social, o hacerse partícipe también de la inevitable desazón que sufre una mujer que se enfrenta a la fragilidad de su memoria.

Desde un trasfondo de esperanza, sustentado sobre los firmes cimientos del inmenso amor de la familia, así como en las entrañables y muy expresivas ilustraciones de Mai Egurza, podremos, al fin, constatar que algo tan maravilloso como la sonrisa de la abuela resistirá siempre el embate de cualquier enfermedad que pudiera cruzarse en su camino.