Anaya, 32 pp., 7'70 e. (A partir de 3 años)

La inagotable creatividad del multifacético creador Emilio Urberuaga se vuelve a revelar en este pequeño libro que nos descubre los sorprendentes paralelismos entre los habitantes de la selva y aquellos que residen en esa otra jungla que llamamos ciudad. Cada una de las dobles páginas se ofrece en dos mitades, confrontando cómicamente a los personajes de uno y otro hábitat para subrayar que la aparente disparidad no resulta más que pura fachada: ¿o acaso la mirada desconfiada de aquella viejecita no nos recuerda al mohín torvo del cocodrilo?



Y para concluir, estas páginas brindan todo un canto a la tolerancia con aires ecologistas que afirma que, por encima de las distintas formas, colores y tamaños que nos definen, todos nosotros compartimos planeta y es nuestra responsabilidad cuidar de él.