Sobre el testimonio epistolar de un chaval que comparte con un desconocido amigo las peripecias vitales de su primer año de instituto edifica Chbosky esta novela de iniciación, muy bien acogida entre el público norteamericano. Como en tantos casos, la de Charlie, no es una adolescencia fácil: asustado tras perder a su tía Helen y desubicado en el mundo adulto, asistimos a su despertar ante esta nueva etapa vital en la que contará con el apoyo de la amistad y el poder sanador de la buena literatura de la mano de su profesor de Letras. Los primeros cigarrillos, el nacimiento del deseo e incluso el coqueteo con algunas drogas irán forjando el camino de este chaval, poderosamente humano, que termina por perder el miedo a vivir al comprobar que, aunque no sea perfecto, cuenta con el amor de su gente.