Cecilia Frías
No hay mejor manera de conjurar los malos sueños que desarmando, pieza a pieza, al monstruo que nos acecha cuando llega el momento de irse a la cama. Así lo demuestra el último trabajo de Edouard Manceau (Vendée, 1969) en el que el valiente narrador encara a la temida bestia con altas dosis de humor. Y lo consigue a fuerza de cosquillas en los brazos, piernas, cuernos o colmillos. El monstruo perderá entonces cada uno de sus miembros, distintas formas geométricas que servirán al ilustrador galo para construir un apacible paisaje nocturno que se va extendiendo por toda la página -los cuernos se transforman en luna, las extremidades en árboles, por citar algunos- y la inunda de color. Gracias a este lúdico álbum, edificado a partir de la estructura de repetición y a unos habilidosos diseños, todos los lectores se sorprenderán y podrán descansar tranquilos. Ahora sí que está en nuestras manos el enfrentarnos a los propios miedos.