Ed. Adriana Hidalgo. 40 páginas, 16'50€. (A partir de 8 años)
Pocos escenarios tan propicios a la fantasía como el país de las maravillas engendrado por Lewis Carroll. Sobre esta base el autor toma un personaje, el de la esposa del Conejo Blanco, e introduce al lector en un día cualquiera de su rutina diaria. La herramienta no será otra que el diario donde desahoga sus fatigas cotidianas y, con mucho humor, va retratando las preocupaciones familiares que le provoca su extensa progenie.
La ironía es el hilo conductor de este gran álbum en el que la matriarca nos confiesa que se va a entregar a la escritura durante este "ratito de calma", aunque la divertida ilustración nos la retrate dando el biberón al pequeño, contemporizando porque los gemelos se pelean cual espadachines mientras que la mayor hojea una revista de moda con gesto lacónico. Un perfecto caos en el que la coneja debe hacer malabarismos para mantenerse a flote.
Situación que se confirma cuando subraya que los gemelos se entretienen con cualquier cosa, aunque los veamos lanzarse bolitas de caca, o al apuntar que Emily es igualita a su padre: "berrea todo el día". Por suerte, el marido descubrirá que el ocuparse de la casa puede ser tanto o más fatigoso que su importante profesión en Palacio y convoca a sus heterodoxas criaturas para sorprender a su mujer en el día de su cumpleaños.
Un álbum que, con humor inteligente, reivindica la gran labor de las madres de familia, invita a la lectura compartida y ayuda a que el niño se ponga en el lugar del otro.