Novela

El amo del corral

Tristan Egolf

21 marzo, 1999 01:00

Trad. J. Zulaika. Mondadori, 1999 419 páginas, 2.800 pesetas

Tristan Egolf es un joven autor norteamericano nacido en El Escorial (1971). Abandonó sus estudios y EE.UU. y decidió regresar a Europa, donde se ganaba la vida tocando blues hasta que una joven se apiadó de su estado lamentable y le ofreció cobijo. La joven benefactora, que accedió, además, a leer una novela, El amo del corral, que había escrito el músico, era la hija de Patrick Modiano e intercedió ante su padre para que leyera y recomendara la novela. Finalmente, Gallimard decide publicarla.
Sea como fuere, lo cierto es que El amo del corral es una historia que logra atraparnos desde el primer capítulo hasta el desenlace de la vida de su protagonista, John Kaltenbrunner. Nunca conoció a su padre, quien amasó secretamente todo un tesoro de reliquias mientras fue responsable de las minas de Baker, ciudad del Medio Oeste donde transcurre la acción. La personalidad de John es atípica. La escuela no le interesa; para lo que de verdad tiene una capacidad y fuerza de voluntad inusual es para el trabajo físico. Y sobre todo, una habilidad especial para los negocios, llegando a convertirse en un reputado empresario del negocio de las gallinas cuando ni tan siquiera había llegado a la pubertad. Pero la sociedad, e incluso su propia madre, no puede soportar un individuo tan "especial" y lo mortificará sin piedad. Sin embargo, John sabrá como vengarse...
En la contraportada del libro se cita al "TLS" afirmando que Egolf es "heredero de Steinbeck, Faulkner y John Kennedy Toole". No le falta razón, pero uno se pregunta de qué personaje de Steinbeck. Y lo mismo podemos decir de Faulkner. Aún más. En el diseño del protagonista de El amo... también encontramos ecos de Kosinski en El pájaro pintado; de Twain; del Upton Sinclair de La jungla; y también del Cheever en El escándalo de los Wapshot. Tal vez por ello en algunos casos lleguemos a sentirnos "apabullados" por el torrente de ascendientes que llegamos a encontrar.