Cuentos
William carlos Williams
20 diciembre, 2000 01:00Pero si con algo se identifica el Modernismo norteamericano es sin duda con la poesía. Los nombres de Ezra Pound, e. e. cummings, Stevens, y Williams se han convertido en el significante, en la referencia ineludible de toda la poesía norteamericana del siglo XX.
Tal fue la fuerza de este movimiento poético que ha eclipsado la producción narrativa de alguno de sus componentes, como William Carlos Williams. Autor, sí, del enciclopédico Paterson, pero también de novelas como White Mule, In the Money and The Build-Up -si no miente mi biblioteca, todas ellas inéditas en castellano-, del brillante A Voyage to Pagany, dedicado a Pound y la narración que más admiro, autor incluso de una obra teatral, A y, sobre todo, de un buen número de relatos, algunos de ellos, eso sí, conocidos por los lectores españoles gracias a la recopilación que bajo el título Historias de Médicos se publicó en 1986 y reeditó en 1995.
Se publica ahora una nueva edición de los cuentos de Williams, mucho más ambiciosa y completa que la anterior, incluyendo prácticamente toda su narrativa breve. Los relatos incluidos en Cuentos fueron publicados en un espacio de tres décadas y su temática es tremendamente heterogénea.
Dream of Love, Encontraremos sus historias de médicos, pues esa era su profesión, junto a narraciones de marcada preocupación social, de situaciones y momentos singulares, de tipos paradigmáticos que logran sorprender en cada momento. En algunos casos la extensión es tan breve, que parece emular los poemas imaginistas, y que lo convertiría, a él, y no a Hemingway como alguien ha escrito, en el precursor de la narrativa "ultracorta" (short-short story) norteamericana.
Pero sea cual fuere su contenido o su extensión, todos ellos reflejan una concepción narrativa que parte de los mismos postulados que su poesía: la estructura se convierte en el verdadero soporte sobre el que construir, edificar el relato. Sin embargo ese armazón debe quedar oculto por la aparente sencillez con que se desarrolla la acción; "El fin de el mundo", "El loco" o "En aguas septentrionales", son buenos ejemplos de ello. Pero es en "Una cara pétrea" dónde encontraremos a un Williams narrador que llega incluso a eclipsar al Williams poeta. La historia del matrimonio que acude con su hijo a la consulta del doctor, esconde todo un universo de significantes bajo la aparente sencillez de la historia.
La traducción nos llega de la pluma de Mariano Antolín Rato, lo que representa toda una garantía.