La granja
John Grisham
9 mayo, 2001 02:00La granja es una obra ambiciosa. La trama esta vez no discurre entre abogados, conspiraciones y oscuras intrigas políticas. Parcialmente autobiográfica, la novela transcurre en Arkansas y relata las peripecias de los Chandler, una familia de granjeros que vive de la recolección del algodón. Los problemas de convivencia que surgen entre sus jornaleros, las lluvias que amenazan la cosecha y el fanatismo baptista en que vive la pequeña comunidad de Black Oak, son retratados por Luke, el más pequeño de los Chandler, un niño de siete años bajo cuya mirada no es difícil percibir una evocación nostálgica de la infancia del autor. Las tensiones entre los temporeros desembocan en el crimen, la intolerancia religiosa no impide las pasiones clandestinas y el clima no escatima su crueldad, frustrando las expectativas de los agricultores. Grisham no renuncia al suspense, pero en este caso el eje de la narración descansa sobre un tono intimista y cierto lirismo que pretende recrear el mundo interior de Luke. Cuando al final del relato emprenda su viaje hacia el norte, ya no es el mismo: la televisión ha desplazado a la radio, sus ojos han contemplado el cuerpo desnudo de una mujer y ha sido testigo de dos asesinatos. El planteamiento es impecable, pero Grishman no es Capote ni Faulkner y su retrato de la América profunda no resulta convincente. Su prosa es mediocre y sus personajes esquemáticos. Imagino que estas objeciones no afectarán al índice de ventas, pero en mi caso sí se ha cumplido la advertencia de Auden, según la cual reseñar malos libros no es bueno para el carácter.