Nuria Amat: "La peor traición es la literatura que vende y no escribe"
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20 febrero, 2002 01:00
Pregunta: ¿Realmente “la literatura nos aleja del territorio de la muerte”?
Respuesta: La literatura es ese gesto del morir inmortal. O también: los muertos resucitan la literatura.
P: También afirma su protagonista que las historias de amor “se escriben antes de ser vividas”¿Funciona?
R: La novela va por delante de la vida. Para el que escribe finalmente no hay nada. Es como si no viviéramos nunca.
P: Todo el pueblo sigue una telenovela en un aparato que no funciona. ¿No es lo mismo, con o sin niebla, que pasa aquí?
R: Aquí no pasa nada. La televisión es el libro abierto de nuestra imbecilidad.
P: ¿Está de acuerdo con su protagonista cuando dice que “escribir es traicionar la lengua”?
R: Escribir es transgredir los límites del lenguaje. Pienso, como Proust, que las buenas novelas parecen estar escritas en una lengua extranjera.
P: ¿Cuál es la peor traición que recuerda a la literatura?
R: ¿La peor traición que vivo? La otra literatura. La que vende y no escribe.
P: Si “Cuando leo, soy lo que leo”, ¿qué es ahora?
R: Una pobre escritora condenada a responder preguntas sobre la propia obra. Nada más absurdo y deprimente. Cuando escribo, no leo. Además, no me gusta leer lo que todo el mundo está leyendo.
P: ¿Y cuándo escribe?
R: Una suicida. Escribo cada frase como si fuera la primera y la última.
P: ¿Sin el fracaso, “la novela no existiría”?
R: El fracaso es la necesidad que tiene el escritor de escribir novelas cuando sabe de antemano que también las palabras están muertas.
P: ¿Cuál ha sido su mayor fracaso literario?
R: No haber conseguido aún que las buenas escritoras estén colocadas en el mismo lugar de honor que los buenos escritores.
P: ¿Qué importancia tie-
nen los sueños en el libro y en su vida?
R: Poca o ninguna. Lo real ya es de por sí bastante imaginario.
P: ¿Y la magia?
R: Menos que nada. La única magia es saber escribir o presentir que hemos sabido hacerlo.
P: ¿No teme que la re-
lacionen con el realismo mágico?
R: Si, como yo, entiende por “realismo mágico” La Divina Comedia, estaría encantada. Si por el contrario se refiere a la etiqueta-comodín basta leer Reina de América para darse cuenta de la parodia. Los lectores de Colombia y México me han dicho que entro en el tema americano sin caer en los tópicos. Es el mejor cumplido.
P: ¿De verdad ya nadie cree que “Verdad, felicidad y patria son ilusiones de algo posible”?
R: También “verdad” es otra palabra gastada.
P: ¿Hay esperanza para Colombia, entre el narcotráfico, la guerrilla y el ejército?
R: Mi amigo el escritor Fernando Vallejo dice que no hay posibilidad de paz ni esperanza. Yo me resisto a creerle. Tengo una hija colombiana.
P: ¿Qué tiene que ver su novela con Crónica de una muerte anunciada?
R: ¿Se refiere a la tan manida “Muerte de la Novela”? En este caso sí. Reina de América es la crónica de como matar la novela sin matarla.
P: ¿De qué es síntoma el asesinato del joven ecuatoriano en Barcelona?
R: Es síntoma de que el Wilson de mi novela también estuvo en Barcelona. Una vez más se demuestra el valor profético ( y trágico) de las novelas.
P: ¿España está a la altura del desafío que plantea hoy la emigración ilegal? ¿Por qué seguimos viendo al otro como un enemigo?
R: España está llena de enemigos. Pero también Argentina, Colombia y el resto del mundo. No hay salida. Tampoco para el que escribe. La única ventaja es que estamos solos y no los vemos.
P: Dice Mastretta de usted que “tiene el don de la literatura”. ¿Le abruman los halagos, le hacen justicia o se quedan cortos?
R: Hasta Max Sebald (el hombre anti-entrevistas) quería halagos. No voy a ser menos.
P: Una de sus novelas es Ladrón de libros. ¿Cuál robaría y por qué?
R: Le contaré una anécdota: El quiosquero de mi barrio comentaba orgulloso cómo logró pescar al ladrón que le había robado mi libro del estante. Tuvo que correr tras él varios metros hasta conseguir quitárselo de las manos. Pensé: Por lo menos, ha servido para algo.
P: ¿Qué le pasó con Mario Muchnik, que le dedicó páginas amargas en uno de sus libros de memorias?
R: ¡No me diga! Yo creí que eran páginas de amor herido y traicionero. Al menos, así me lo contaron.
P: Además de escritora, es editora: ¿lo peor no son los autores? ¿quiénes, si no?
R: Lo peor es el mercado del libro que está podrido. Lo peor es la orfandad de los escritores abandonados como esclavos en el muelle de la compra-venta y a la espera del mejor postor.
P: ¿Qué biografía le gustaría publicar?
R: La de mi padre, que fue un escritor sin obra.
P: ¿Y escribir?
R: La de Juan Rulfo. En eso estoy, precisamente. ¿No lo sabía?