Image: Réquiem por Harlem

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Novela

Réquiem por Harlem

Henry Roth

12 diciembre, 2002 01:00

Henry Roth

Traducción de Beatriz Ruiz. Alfaguara. Madrid, 2002. 283 páginas, 19’25 euros

Ya se ha completado la epopeya. Como Alfaguara anunciaba en la solapa de Redención, la cuarta entrega de esta mastodóntica obra -titulada genéricamente Mercy of a Rude Stream (A merced de una corriente salvaje)-, Réquiem por Harlem ya se puede adquirir en las librerías.

Roth había dispuesto que fueran seis los volúmenes en que se debía dividir su magna obra póstuma (la comenzó a finales de los 70 y concluyó pocos meses antes de su muerte en octubre de 1995), pero su editor, junto a Felicia Steele -su secre-
taria en los últimos años-; Larry Fox, amigo al que dedica la obra además de albacea literario, y Roslyn Targ, decidieron sobre la conveniencia de editar los cuatro primeros, que Roth calificó de "Primera entrega", de forma uniforme, y publicar los otros dos, la "Segunda entrega", de forma separada (como informa R. Weil en el Epílogo, todavía no se ha decidido si será en uno o dos volúmenes).

Sea como fuere, ahora el ciclo está cerrado. En el primer volumen, Una estrella brilla sobre Mount Morris Park, nos habíamos encontrado con los Stigman, una familia judía que acababa de llegar al Harlem judío de Nueva York; en esta última Ira Stigman, el protagonista de todas ellas, decide "salir de una maldita vez de Harlem" (pag. 362). A lo largo de casi dos mil páginas hemos conocido la infancia -en la primera entrega tenía 12 años- y juventud -ahora tiene 21- de este personaje: sus problemas con los pandilleros irlandeses, los primeros amores, la vida en el instituto, el dolor que le producía la violencia familiar, su intento de suicidio, el amor por la literatura, y ahora su vida universitaria. El modelo narrativo ya lo conocemos: el viejo Ira, casi moribundo rememora sus años de juventud sentado frente a su inseparable amiga, la computadora Ecclesias. Y volvemos a encontrarnos con viejos conocidos: su hermana Minnie, su prima Stella, Edith, quien fuera su profesora de inglés en la universidad de Nueva York... En ellas se centra el foco argumental de este Réquiem por Harlem. La información que se proporciona sobre cada una de ellas no es novedosa, ya la conocíamos por anteriores entregas. Pero ahora estas relaciones adquieren una novedosa dimensión metafísica; esa es la singularidad de este volumen. Todavía hay más; como acertadamente afirma Weil, "Réquiem por Harlem es una obra forjada con una crueldad familiar a menudo inimaginable, y el joven emerge de su crisálida adolescente exactamente igual de tirano que era su padre." (pág. 373)

En reseñas anteriores he mencionado la dimensión catártica, tanto para Stigman como para el propio Roth, de esta "corriente salvaje", y también aquí es posible apreciar tal extremo, pero ahora mucho más cruel y descarnada. La reconciliación con el pasado tiene más de pasión que de epifanía y es dolor, horror en algunos casos, los que supuran las líneas en las que el viejo Ira recapitula sobre una época aciaga y traumática, en la que dejó de "creer".

El nombre de Henry Roth continuará identificándose con su Llámalo un sueño, pero no me cabe la menor duda de que con el tiempo Ira Stigman "desplazará" a David Schearl en el gusto de los lectores y críticos. Y aunque cada uno de los cuatro volúmenes mencionados puede leerse de forma aislada, sería aconsejable para quienes se acerquen por primera vez a esta novela que siguieran el orden cronológico de publicación. Al resto, sólo nos queda esperar la "Segunda entrega".