Image: Las aventuras de un hombre cualquiera

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Novela

Las aventuras de un hombre cualquiera

William Boyd

18 diciembre, 2003 01:00

William Boyd. Foto: Jordi Adriá

Trad. Beatriz García Ríos. Alfaguara. Madrid, 2003. 600 páginas, 20’95 euros

La progresión de William Boyd desde Un buen hombre en áfrica (1981) hasta esta última novela es una de las más encomiables de la literatura anglosajona. Con Brazzaville Beach o Armadillo confirmó las expectativas despertadas con la concesión del premio Whtibread a la mejor primera novela.

Las aventuras de un hombre cualquiera narra la vida del octogenario Logan Mountstuart desde su infancia en Montevideo (1906) hasta el final de sus días (fallece en 1991). La estructura escogida es la del diario que Logan escribe y actualiza desde su época escolar. Y 80 años de entradas dan para mucho si tenemos presente que el diario de Logan representa tanto su evolución personal como una suerte de alegato histórico de los acontecimientos en el siglo XX. Esta doble lectura se propone de manera implícita en las primeras páginas: "Llevamos un diario para capturar esa colección de yoes de que cada ser humano se compone. Piensen en nuestro progreso a través del tiempo como en una de esas imágenes tan prácticas que ilustran la Evolución del Hombre. Las diversas etapas del desarrollo están ahí, pero están trastocadas, contrapuestas y repetidas al azar... Todas estas personas diferentes son yo".

Son muchos los "yoes" de Logan que conocemos en su evolución desde la ingenua alegría, no exenta de prepotencia y arrogancia, de su juventud y primeros años de madurez hasta la palpable desilusión con el ser humano de su vejez. En este periplo el idealismo se convierte en pragmatismo de igual forma que la euforia en desesperación tras el trauma que supuso la experiencia bélica que conoció en primera persona por partida doble, primero en la Guerra Civil Española y más tarde en la Guerra Mundial donde llegó a participar de forma más directa como espía. En diciembre de 1947 anotaba: "Tengo una visión de mi futuro... Sería maravilloso no tener que volver a pensar en eso nunca más". Un futuro que se sustancia de la siguiente forma ante la inevitable presencia de la muerte de su esposa Gloria: "El miedo siempre ataca a primera hora de la mañana, antes de que se coloque la máscara de jovial resignación. No miro hacia atrás; no miro hacia delante... Sin duda aprenderé".

La vida de Logan fue tan intensa como la historia del siglo en que vivió -prestando especial atención a lo que supone el declive del Imperio Británico. Frecuentaba la compañía de personajes de la talla de Picasso, Joyce o Hemingway, con quien coincide en la contienda española. La lectura transcurre tan rápida y vertiginosa como su vida.