La Hermandad de la Sábana Santa
Julia Navarro
25 marzo, 2004 01:00Julia Navarro. Foto: Jaime Villanueva
La Sábana Santa, el misterioso paño mortuorio que retiene la presunta imagen de Cristo, encierra un material novelesco de primera categoría. Desde que acogió al Nazareno hasta su custodia ahora en la catedral de Turín, el lienzo ha tenido un recorrido histórico plagado de enigmáticas vicisitudes.Todo ello se presta a urdir no una sino varias tramas imaginativas. Julia Navarro, como guiada por el propósito de aprovechar en conjunto esas posibilidades, las junta en La Hermandad de la Sábana Santa, potencia al máximo su vertiente inventiva y hace una novela de fanta ficción histórica montada sobre un complejo relato de aventuras. Por una parte, la autora sigue ese recorrido histórico lleno de peripecias por el cual desfilan remotos reinos de la antigöedad, gobernantes desalmados, héroes de las cruzadas, templarios de ayer y herederos en el presente de la famosa Orden, masones y sociedades secretas. Por otra parte, explaya una trama criminal: un incendio en la catedral turinesa activa una doble investigación, policíaca y periodística, que desvela un complot para robar el santo sudario. Ambas acciones se van alternando en la obra y confluyen en su desenlace.
Silenciaría algo importante si no dijera que la lectura de esta novela de misterio y acción me ha proporcionado momentos de gran entretenimiento, y que numerosas situaciones mantienen el interés des- pierto y aun expectante por saber qué sucederá. En general, Julia Navarro hace una novela amena, cuyo interés sólo desfallece ocasionalmente por culpa de una desmesurada acumulación de anécdotas. Tiene ese gancho que posee la narrativa folletinesca del XIX en virtud del cual uno acepta absurdos, incongruencias, disparates, inverosimilitudes y reduccionismos psicológicos con la fe del carbonero. Todo se lo traga uno, fanatismo religioso, héroes y villanos frente a frente, amores contrariados...
Quien busque este tipo de narración en la cual la peripecia predomina sobre cualquier otro alcance, creo que no se verá defraudado. Quien entiende por literatura otra cosa, echará en falta un tratamiento estilístico menos funcional y algún tipo de sentido de la vida. No sirve ampararse en una cita de H. G. Wells ("Hay otros mundos, pero están en éste") para pretender que el libro tenga alguna clase de hondura: aunque finja que lo aparente oculta otra realidad profunda, sólo muestra un cúmulo febril de misterios disparatados. En suma, La Hermandad de la Sábana Santa pertenece a ese tipo de narración de puro consumo fomentada por la industria editorial.