Image: Mientras dan las nueve

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Novela

Mientras dan las nueve

Leo Perutz

28 julio, 2005 02:00

Leo Perutz

Trad. Amalia Bosch. Destino, 2005. 216 págs, 17’50 e.

Leo Perutz (1882-1957) comenzó su carrera literaria mientras convalecía de una herida sufrida en el frente de la I Guerra Mundial. Su formación como matemático le ayudó a concebir unas tramas precisas, que combinaban lo fantástico y lo policial.

Descendiente de judíos sefarditas, huyó de su Praga natal para instalarse en Palestina en los años en que Europa se hundía en la barbarie nazi. Admirado por Borges, Calvino o Hitchcock, logró infundir una inequívoca trascendencia al suspense, transformando la expectación del lector en una meditación sobre la tensión entre lo real y lo imaginario.

Aparecida en 1918, Mientras dan las nueve relata la peripecia del estudiante Stanislau Demba, que huye de la policía, sin poder desprenderse de las esposas que le colocan dos agentes. Enamorado de Sonja, una mujer voluble y banal, roba tres libros de la Biblioteca de la Universidad. Se trata de ediciones antiguas, de gran valor. Su intención es venderlas para conseguir dinero y evitar que su amante le abandone. Su gesto no surge de un amor genuino, sino de la perplejidad ante el abandono. Esa herida narcisista le impide apreciar el amor de Steffi. Al situarse fuera de la ley, Demba se desliza hacia una existencia de pesadilla, donde todo adquiere la incertidumbre de lo irreal. Cada presencia es una potencial amenaza y las conversaciones se saturan de extrañas señales. Ni siquiera puede discernirse la ficción de la evidencia.

La prosa de Leo Perutz es enormemente fluida. No posee el gran aliento de los escritores centroeuropeos, pero la ausencia de retórica permite que el relato transcurra con una asombrosa exactitud. No es casual el interés de Hitchcock, pues la huida de Demba evoca la angustia del falso culpable, tema recurrente en el cine del director británico. Es la impotencia del hombre ante las circunstancias que le trascienden. Demba anhela la libertad (era el título inicial del libro), pero el destino se revela más poderoso que su voluntad. Perutz rehuye el optimismo. Sus personajes no aprenden nada de la muerte o el fracaso. Nos despedimos de la vida sin saber quiénes somos. En definitiva, literatura esencial que nos revela una vez más la derrota del hombre en su busca de la felicidad.