Novela

Acerca de Roederer

Guillermo Martínez

2 febrero, 2006 01:00

Guillermo Martínez. Foto: Quique García

Destino. Barcelona, 2005. 144 páginas, 16 euros

Hace un año, Guillermo Martínez llamó poderosamente la atención con una curiosa novela de género donde se resolvían unos raros crímenes con ayuda de las matemáticas, Los crímenes de Oxford, que evidenciaba un auténtico instinto natural de narrador controlado por un gran oficio.

Le salía, así, uno de esos libros que se leen con el viejísimo e inagotable gusto por el desarrollo de una peripecia y tienen su profundidad. En cierto modo, los mismos rasgos caracterizan Acerca de Roderer, anterior a la mencionada y que ahora conoce un oportuno rescate.

Algo se parecen ambas obras, pero también muestran diferencias. Acerca de Roderer disfruta de esa misma cualidad de narración amena, construida con una aparente sencillez que capta al lector desde un primer momento, lo agarra en una tela de araña de la cual no desea salir. La buena marcha de la anécdota, con un sutil fondo de misterio, es un factor fundamental de ese efecto que comparte con las buenas historias de siempre. Esto produce una lectura de un tirón, cualidad que cierta literatura de hoy casi desprecia, mientras algunos la valoramos mucho. El discurrir natural de la peripecia se apoya, por otra parte, en un estilo también de aspecto sencillo, de frase corta, de léxico común pero bien seleccionado, salpicado con algunos aciertos expresivos, con apuntes un poco líricos, suaves, muy eficaces. La extensión que este notable autor argentino da a su novela también contribuye mucho a su excelente efecto. En realidad, el editor ha puesto una letra gigantesca y aun así sale un libro delgadito. Pero la cuestión no es el tamaño sino algo más misterioso, el acierto en la medida conveniente para el desarrollo de un asunto y el tono oportuno para ello, algo en lo que Martínez atina por completo.

Acerca de Roderer es una nouvelle, una narración concentrada. Se centra en dos jóvenes condiscípulos. Ambos disputan al comienzo una partida de ajedrez y uno de ellos, el narrador, es derrotado por el otro, Roderer, enigmático, y que le muestra con indiferencia una superioridad intelectual. De ahí arranca una tormentosa relación de algo parecido a la amistad. Los dos personajes representan sendos caracteres contrapuestos, la inteligencia práctica frente al pensamiento retorcido. Ambos caracteres están llevados al extremo y tienden al arquetipo, peligro que la buena mano del autor salva preservándoles la suficiente dosis de individualidad. Este esquema humano produce un constante balanceo en el cual van saliendo temas de alcance existencial y el conjunto de la trama se decanta por el análisis de una pasión, la búsqueda de una facultad superior a la humana. No se contenta el autor con abordar tan serio tema, y vincularlo con el bíblico motivo del árbol de la ciencia y de la vida, sino que se lo lanza al lector y le invita a la reflexión. Se salda esta novela intelectual con una ambigöedad que produce un efecto inquietante acerca de los límites del conocimiento y del propio mundo.