Image: Todo bajo el cielo

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Novela

Todo bajo el cielo

Matilde Asensi

28 septiembre, 2006 02:00

Matilde Asensi. Foto: Pablo Viñas

Planeta. Barcelona, 2006. 350 páginas, 21 euros

Matilde Asensi tiene el perfil muy actual de escritor profesionalizado en un género. Este carácter la ha convertido en autora de éxito comercial, meta que cultiva sin tapujos. El género practicado por la narradora alicantina consiste en una aleación de lo fantástico-histórico-legendario, con sus puntas de culturalismo, aventura e intriga. Como este difuso y mestizo modelo le ha resultado rentable, en él sigue con la esperanza de obtener semejantes resultados; a ese propósito hipoteca lo más meritorio de una escritura propia del best seller: la amenidad y la aleación prudente de dichos materiales. Al menos, esta lamentable impresión causa el nuevo producto de su fábrica. Todo bajo el cielo es una clara y descarada novela de consumo que lleva al límite los recursos de la literatura popular. El título, al parecer, es uno de los nombres que recibe China, escenario de la mayor parte de la acción. El argumento se basa en las peripecias que corren en el legendario país oriental la española Elvira y sus acompañantes, un venerable anticuario, un sabio taoísta, una sobrina, y un joven listo y valiente. La protagonista y sus amigos descubren el mausoleo del Primer Emperador chino tras superar un viaje tenebroso, y se apropian de inestimables tesoros. Para entendernos: estamos ante una secuela de Indiana Jones o de Lara Croft, aunque Elvira delegue destrezas marciales en otros.

Esa base anecdótica sostiene una amalgama impresionante de situaciones peligrosas emplazadas en los años 20 del pasado siglo: malísimos sicarios de la Banda Verde atacan a los viajeros, eunucos del último Emperador quieren acabar con ellos, animales repulsivos les acechan; los protagonistas se ven pillados en intrigas políticas de nacionalistas y comunistas y logran esquivar las trampas mortales del ignorado sepulcro… Esta parte de pura y dura acción se complementa con pinceladas de exotismo oriental que abarcan historia, usos, religión…; una especie de mercadillo costumbrista que pone notas de color a lo largo de una intriga atenta a un desenlace efectista. Desanuda Asensi la historia con un happy end absoluto. Los malos o son vencidos o marginados. Los buenos, Elvira y su tropa, se hacen "absurdamente ricos", lo cual no deja de ser la congruente respuesta a una novela por completo absurda; un relato disparatado, simplista e infantiloide.

Algún otro libro de Asensi me ha parecido que tenía una mínima dignidad y, aunque no se tratase, ni lo pretendiera, de gran literatura, cumplía con el legítimo deseo de brindar amena evasión. Ahora, Asensi se desentiende de todo requisito artístico y enhebra durante medio millar de interminables páginas un rosario de riesgos que remata con tonos rosas. Lo lamento porque otras veces me había entretenido. En ésta, al revés.