Novela

El libro de mi padre

Urs Widmer

25 enero, 2007 01:00

Traducción de María José Díez y Diego Friera. Salamandra. 192 páginas. 17’50 euros

La evocación del padre es uno de los grandes temas de la literatura. La identidad estética, moral y psicológica de algunos autores surge de un ajuste de cuentas con la figura paterna, como es el caso de Kafka o Martin Amis, pero en Widmer prevalece el humor y la ternura. Karl no es un padre autoritario y autocomplaciente, sino un hombre imperfecto, escéptico, ingenuo, consciente de sus errores y sin ambiciones, salvo anotar en su diario las incidencias de su vida. Doctor en filosofía, profesor de instituto, comunista efímero, fumador empedernido, bibliómano, grafómano, la muerte le fulminará en el baño de su casa, sin oportunidad de despedidas, pero con el legado de unas memorias que ayudarán a su hijo a conocerle mejor.

Widmer recrea los años de estudiante de su padre, su temporada en París, su entusiasmo por los libros, sus primeras experiencias eróticas, su decepcionante relación con el mundo bohemio. Al regresar a Suiza, se casará con Clara y tendrá un hijo. Soldado durante la II Guerra Mundial, volverá del frente sin disparar un tiro. Irresponsable, despilfarrador, hipocondríaco, será infiel por despecho y se enfrentará a la neurosis de Clara con terror.

La peripecia de Karl refleja los cambios de la sociedad europea, su transición del fervor ideológico al desengaño político, del vanguardismo estético a la reivindicación de los clásicos. Tras la muerte de Karl, su hijo asumirá el compromiso de las generaciones anteriores: comenzar un libro que sólo podrá leerse a su muerte. Real o no, esa tradición sólo confirma la necesidad del ser humano de recurrir a la escritura para comunicarse con uno mismo y con los otros.