En la actualidad Nick Flynn (Boston, 1960) puede permitirse el lujo de enseñar un semestre en la universidad de Houston y pasar otro en Nueva York. Hasta la publicación de esta novela su nombre se asociaba a la poesía, gracias a sus poemarios Some Ether (2000) y Blind Huber (2002). Pero no siempre su vida fue tan idílica como ahora y son precisamente sus vivencias más "oscuras" las que narra en Otra noche... Se trata de una obra de ficción singular: de ficción con vocación testimonial, de una novela que es una biografía solapando una autobiografía. Nick Flynn cuenta la historia de Jonathan Flynn, su padre, destinado a ser "el escritor más grande que haya dado Estados Unidos", aunque la realidad fuese bien distinta. Jonathan abandonó a su familia cuando Nick todavía no había cumplido un año, y éste comenzó a recibir cartas de su padre, escritas desde la cárcel, durante su juventud. Poco antes de cumplir los treinta, y cuando trabajaba en una institución de ayuda para indigentes, aparece el padre ,y los fantasmas del pasado no hacen sino amplificar sus propios problemas: "Han pasado tres meses desde que mi padre cruzó por primera vez el umbral del asilo… El día que mi padre entró por la puerta me volví transparente" (p. 201). A fin de cuentas, Nick, atormentado también por el suicidio de su madre, aunque aparentemente lleve una vida convencional vive al borde del abismo, como su padre, y debe encontrar respuesta a los interrogantes que le inquietan: ¿qué hacer ahora que su padre vuelve a ser una realidad en su vida? ¿cuál debe ser la actitud de un buen hijo con un padre irredimible?
En estos dos interrogantes se conjuga la obra, por una parte la propia introspección del narrador y por otra el tratamiento de una realidad social especialmente sangrante, dejando al descubierto la falacia del sueño americano, asunto que resulta el más interesante y mejor desarrollado. La complejidad personal, existencial, del padre se despliega con toda su crudeza y realismo. El aspecto autobiográfico, sin embargo, no resulta tan atractivo, aunque algunas pinceladas parecen sugerir que el propio Nick tiene una personalidad tan compleja como la de su padre. Y una clara intencionalidad experimentalista se antoja anticuada. Se trata de un "collage" de estilos literarios desde la narración epistolar hasta el monólogo interior, el relato realista o la concatenación de palabras y frases: "Esencia, Espíritu, Medicamento. Un chupito. Un tiento..." (204 y ss.). Volvemos a los 60.