Image: El paseo millonario

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Novela

El paseo millonario

Roberto Tejela

30 octubre, 2008 01:00

Roberto Tejela. Foto: Markus Rico.

Salto de Página. Madrid, 2008. 251 páginas, 19’50 euros

La invención y el documento tomado directamente de la vida son dos polos en la larga historia de la novela. La inventiva sirve unas veces para construir el entramado anecdótico. Otras, valen las muchas noticias "novelescas" que cada día trae el periódico. Algo semejante cabe decir del punto de partida de los autores: unos no tienen experiencia alguna privada de los sucesos que recrean; otros, acuden a sus propias vivencias.

La primera obra de Fernando Tejela, El narco consorte (Lengua de Trapo) define un tipo de narrador específico: el autor, piloto de profesión, viajero por geografías variadas, residente durante un par de años en Colombia, vuelca sus conocimientos y gustos en la ficción. Así, este libro sale de la aleación de esa terrible masa noticiosa sobre el narcotráfico que tiene especial virulencia en el país hispanoamericano, de un conocimiento directo del escritor de dicho escenario y de un relato de aventuras y amores.

En este esquema tradicional apoya Fernando Tejela (Madrid, 1953) su segundo libro, El paseo millonario. Se trata de una de esas novelas cuyo argumento puede exponerse con sencillez, aunque no convenga despejar el desenlace porque se acompaña de un considerable suspense. Tejela cuenta la peripecia de Jaime Ariza, ejecutivo español que viaja a Bogotá para ultimar un negocio y es apresado por unos delincuentes nada más llegar al aeropuerto de la capital. Lo que iba a ser un simple "secuestro express" se convierte en un cautiverio espoleado por la avaricia. La trama se extiende durante un mes largo, se carga de encadenadas incertidumbres y desem-boca en un desenlace que liquida la intriga con una resolución original.

Esta línea principal se alimenta con elementos distintos. Por una parte, se refieren graves sucesos en Madrid que afectan a la familia de Ariza. Por otra, se detalla el empeño de una amiga de Jaime por conseguir su libertad. A ello se añaden las relaciones de los secuestradores entre sí y de la cabecilla del grupo, Yerma, con Jaime y con su amiga madrileña. Tal materia compleja se bifurca en las dos grandes líneas del relato. La primera se centra en una historia de violencia, engaños y peligros referida a la delincuencia urbana, colmada de atrocidades. Todo ello se presenta de manera directa e impactante, a base de secuencias por lo general cortas, con técnica cercana al cine de acción.

La otra línea tiene mayores pretensiones y se dedica a explorar el fondo de los comportamientos de un buen número de personajes. Tejela tiende a crear arquetipos: la bondad desinteresada, la insensibilidad criminal, la pasión encendida, el egoísmo y el cálculo, entre otros matices menores. En suma, acción, crímenes y amores sirven de sostén a una novela psicológica, dicho con términos convencionales que la definen con propiedad, donde desfila una pluralidad de conciencias complicadas. Aunque tienda al modelo, Tejela les da a éstas la suficiente individualidad como para que resulten atractivas.

El paseo millonario abusa de lo melodramático y efectista, y su prosa resulta demasiado funcional. Pero se lee con interés por los tipos que presenta y por lo que pasa. Además, mantiene la atención hasta el final.