Image: El tiempo según san Marcel

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Novela

El tiempo según san Marcel

Juan Ramírez Codina

4 diciembre, 2008 01:00

juan ramírez codina. Foto: Quique García

El Cobre. Barcelona, 2008. 536 páginas, 28 euros

Basta con echar un vistazo por encima a El tiempo según san Marcel para percibir el enorme desafío que se plantea Juan Ramírez Codina. Todas las páginas tienen absoluta simetría: una nota en cursiva en cabecera, otra al pie y tres compactos bloques de texto sin un solo diálogo numerados con la misma cantidad de líneas en el medio. Abre el libro un poblado esquema de personajes y enseguida viene una instrucción de lectura: cada uno de los siete libros debe leerse durante los otros tantos días de una semana, pero es posible también la visita abreviada siguiendo solo un reducido número de apartados que permite saber lo que pasa.

Este último eco cortazariano y vanguardista indica de entrada la cualidad creativa de un libro que se acerca a la moderna desiderata de la novela total, una enciclopedia universal donde cabe todo, el ayer remoto y el hoy candente, la vigilia y el sueño, los afanes de la existencia común y la utopía, la realidad material y la problemática artística, la prosa y la poesía, la razón y el irracionalismo, en fin, eros y tanatos, vida y muerte, y como lazo, la cuestión crucial del tiempo a la que se refiere el título canonizando al gran investigador literario de la temporalidad, Proust.

Este faraónico empeño se dilata por medio millar de tupidas páginas y resulta imposible dar aquí mínima noticia ni de su laberíntica trama ni de su exuberancia temática. Baste con decir que el argumento, guadianesco, tiene una subterránea base de novela río en la que afluyen generaciones de personajes entre lo corriente y lo mítico los cuales enlazan historias de sexo y pasiones con la deliberada ambigöedad de si lo que se cuenta es verdad o sueño. Algo así como una comedia humana aunque no sociológica, o no sólo esto, pues la presencia de Dante con su propio nombre requiere hablar de divina comedia, de una proyección metafísica del conjunto de la fábula.Tres motivos funcionan como bucles de preocupaciones independientes: los premuertos, la memoria futura y la teoría de la verticalidad.

¿Adónde se encamina tan compleja composición? Primero a construir un artefacto literario en la línea innovadora de Marcel Proust, James Joyce y Thomas Mann, cuyas obras sirven de guía a Juan Ramírez. Después, a dotar de sustrato narrativo ("el argumento no importa como tampoco el tema en la pintura", leemos en una nota) a lo que con toda propiedad es una novela de ideas. Novela de pensamiento que analiza un sinfín de asuntos y tiene a veces cualidad de vademecum histórico, filosófico, social... Novela puro ensayo en amplios trechos, donde el autor dialoga no por azar con Antonio Muñoz Molina y Javier Marías, y que tiene mucho de breviario o guía comentada de A la búsqueda del tiempo perdido. Todo ello con una explícita celebración de la cultura libresca: "solo escribir es recordar: ¡viva la letra impresa!".

El tiempo según san Marcel rescata la ambición demiúrgica del escritor, quien, émulo del Creador, descansa después de añadir también el domingo a los seis días bíblicos. Esta empresa deicida, por utilizar la brillante imagen de Mario Vargas Llosa, es la grandeza y el riesgo de la obra. De la gran potencia inventiva y verbal que Juan Ramírez Codina pone en juego sale una novela densa, llena de sugerencias intelectuales y morales, y destinada al lector que no busca en la literatura sólo pasar el rato.